Sociedad

La UE inicia hoy en Ávila su visita para ver los daños del lobo, el punto más crítico

La Junta quiere su «confianza» para la gestión de la especie al sur del Duero

Ávila acumula más de la mitad de los 853 ataques al ganado ICAL

ISABEL JIMENO

Ávila. Aquí se localiza el punto más crítico y problemático en la convivencia de la ganadería en extensivo con el lobo. Los contundentes datos del paulatino incremento de los ataques de los cánidos y las reses que dejan muertas tras de sí lo pone de manifiesto: en el primer semestre, aumentaron un 17,5 por ciento respecto al mismo periodo de un 2016 también marcado en rojo de sangre derramada en esta provincia a las fauces de los lobos (811 ataques, un 66% más que en 2015, y 913 víctimas, un 71% más)

Con esas cifras en la mano y una visita al propio terreno donde los ganaderos cuentan más de dos ataques y otros tantos animales muertos al día por este motivo entre enero y junio, la Junta de Castilla y León quiere mostrar «in situ» a la Unión Europea la «problemática» que tiene la «coexistencia» de una especie protegida y la ganadería en extensivo, que acumula «muchos daños», advierte el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Así que en Tornadizos y San Martín de la Vega del Alberche, una comisión integrada por miembros y técnicos de la dirección general de Medio Natural de la Comisión Europea, junto a ganaderos, alcaldes y organizaciones conservacionistas comenzarán el recorrido de dos días -mañana estarán en Zamora, otro punto caliente-, organizada tras la visita el pasado mayo de Suárez-Quiñones a la UE para exponer el «problema» y plantear que lo conozcan «a pie de terreno». Mover de Bruselas a Castilla y León a esa comisión ya es una «conquista» y ver a pie de campo la realidad de una coexistencia «a la que no estamos dando solución». En el primer semestre, Ávila acumula más de la mitad de los 853 ataques y el 36,9% de las 1.298 cabezas muertas , pese a que en el conjunto de la Comunidad las cifras bajan.

Especie protegida a nivel europeo, es cinegética al norte del Duero , el río que cruza y separa Castilla y León. Una frontera natural que los cánidos han ido «conquistando» poco a poco a la vez que lo que fue una especie «casi amenazada» de desaparición en España comenzó a recuperar población. Y es al sur, donde no es cazable, donde se acumulan los problemas de la convivencia que la Junta quiere mostrar a la Unión sobre el terreno, para que vean que es ganado en extensivo, en el campo y no estabulado. ¿Con qué objetivo? «Conseguir que la UE establezca unas directrices interpretativas, un marco de flexibilidad para que se confíe en la administración tutelante de esta especie protegida», subraya Suárez-Quiñones, quien pide que, sin perder de vista las medidas de control e inspección que se aplican, se dé un voto de confianza a una Junta de Castilla y León que «ha hecho una política de expansión y cuidado del lobo», que se demuestra con datos: las 179 manadas del último censo de 2012-2013 (unos 1.600 ejemplares) son un 20% mas que las de 2001 y presencia en las nueve provincias.

Y es que hasta ahora, mientras en el norte es una especie cinegética que se puede cazar mediante un sistema de cupos establecidos anualmente (se autorizan 143 por campaña), en el sur es una especie protegida y sólo «de forma extraordinaria» la administración puede abatir ejemplares «allí donde el problema de daños es pertinaz, grave», apunta el consejero. Y eso está haciendo la Junta, además de la aplicación de medidas preventivas, «pero estamos en una cierta intranquilidad» ya que, pese a tener a la norma de su lado, el abatimiento de ejemplares «especialmente dañinos» ha llevado incluso a la apertura de diligencias de investigación por parte de la Fiscalía. Un procedimiento ante el que asegura que están «tranquilos», ya que se ciñen a ley, pero sí «distorsiona» la labor del personal de Medio Ambiente, el único autorizado para abatir lobos en las zonas no cinegéticas (el año pasado, ocho ejemplares: tres en Ávila y Zamora y dos en Salamanca).

Por eso, la reclamación a la UE no es ya tanto que el lobo sea cazable al sur del Duero, sino que «confíen en nuestras medidas de control, pero no bajo un principio de desconfianza y lupa gigante para ver qué estamos haciendo», apunta Suárez-Quiñones.

La UE inicia hoy en Ávila su visita para ver los daños del lobo, el punto más crítico

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