Incendio en la Sierra de la Culebra

«No ha sido una cuestión de medios, sino de imposibilidad de actuación por la meteorología»

Suárez-Quiñones defiende que el personal fue «el necesario» pero que «contra la naturaleza no se puede luchar»

El incendio de la Sierra de a Culebra ha arrasado más de 30.000 hectáreas AFP

M. G

Fueron tres intensos días de descontrol en los que las llamas alcanzaban en la Sierra de la Culebra los 20 metros de altura, saltaban de una orilla a otra un embalse de 500 metros y colonizaban un terreno de hasta 30.700 hectáreas. Un incendio originado por la naturaleza -una tormenta seca- y que ésta se empeñaba en prolongar con temperaturas que rozaban los 40 grados, rachas de viento cambiantes de hasta 70 kilómetros por hora y un doce por ciento de humedad. Unas circunstancias que la Junta defiende que hicieron que el «operativo no pudiera acometer el incendio» en Zamora .

Así lo ha sostenido este lunes el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, quien se ha defendido de las críticas de estos últimos días sobre la capacidad del operativo fuera de la época de peligro alto de incendios -que empieza el 1 de julio, cuando estará el dispositivo al 100%-. Ante las mismas, ha querido dejar claro que la dimensión que ha alcanzado el fuego -el más grave de la historia de Castilla y León- «no ha sido una cuestión de medios. Ha sido de imposibilidad de actuación del operativo durante muchos días» por las condiciones meteorológicas adversas.

Si el incendio se desató a última hora de la tarde del miércoles, «hasta la noche del sábado y la mañana de domingo el operativo no pudo actuar con toda su potencia», asegura, porque «contra la naturaleza no se pude luchar». Daba igual, ha insistido, el personal del que se dispusiera en la Sierra de la Culebra . «Los medios fueron los que necesitaron C -se contaba incluso con medios de otras regiones y Portugal en «reserva»- porque «son situaciones que escapan al control de un incendio. Técnicamente se dice que están fuera de la ventana de extinción». Así, lo que avanzaban los medios «por la mañana por la noche se desbarataba», apunta Quiñones.

El «operativo poca oportunidad tuvo de trabajar» hasta el sábado por la noche cuando comenzó una 'tregua' meteorológica, ha señalado. Fue entonces cuando «se le dio caza» al fuego y se «consiguió recuperar el control» toda vez se pudo acumular el trabajo de dos cuadrantes seguidos, una noche y una mañana, lo cual afianzó su labor. «Las condiciones del incendio, técnicamente, no se podían atacar de otra manera», ha insistido.

Tras estabilizarse las llamas se trabaja ahora en el perímetro y en el interior para acabar con puntos calientes y evitar que pueda haber reproducciones, que ahora ya no son posibles, ha concluido el consejero.

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