Sucesos

Los guardias civiles de Olmedo que salvaron a la bebé de 40 días: «Nos dijeron que no podía respirar y por instinto tratamos de revertir la situación crítica»

La madre requirió su atención a gritos mientras conducía al comprobar que la pequeña no respiraba

Carlos Manuel Pérez y Luis Paniagua, los dos guardias civiles que salvaron a un bebé de morir asfixiado ABC

IVÁN TOMÉ

Estar en el momento justo en el lugar indicado puede llevar a más de una alegría o evitar alguna desgracia. Y esto último es lo que impidieron Carlos Manuel Pérez y Luis Paniagua , dos guardias civiles de la localidad vallisoletana de Olmedo, que salvaron a un bebé de 40 días de morir asfixiado.

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado domingo 5 de marzo cuando los dos agentes realizaban el Servicio de Seguridad Ciudadana por el casco urbano. «Una señora bajó de su coche y, dando gritos, nos dijo que su hija no podía respirar, con lo que nos acercamos al vehículo y mi compañero la cogió en brazos y se la acercó a la cara para ver que la ocurría, y efectivamente no tenía respiración», afirma Carlos Manuel Pérez, quien relata que el bebé tenía la mirada perdida, no lloraba y tenía los brazos caídos , con lo que inmediatamente «y por instinto» procedieron a tratar de revertir la crítica situación.

Gracias a las nociones de primeros auxilios que poseían los guardias civiles y a la pura intuición, Paniagua puso al bebé sobre su brazo boca abajo, le dio unos «pequeños golpecitos suaves» en la espalda hasta que la niña vomitó una flema, momento en que volvió a incorporar al recién nacido y, al notar que respiraba con dificultad, la trasladaron rápidamente al centro de salud, «donde llamamos al timbre y dimos golpes para que abriesen lo antes posible, y así ocurrió». Ya en el lugar se hicieron cargo de la pequeña y la llevaron al Hospital Comarcal de Medina del Campo , donde fue hospitalizada y se encuentra, en estos momentos, estable y fuera de peligro.

«Hemos estado atentos a su evolución. Llamamos a los padres para saber como se encontraba después de su estado y, aunque seguía hospitalizada, estaba bien». En ese sentido, los dos agentes se sienten «muy contentos» por haber podido ayudar a la niña y que el suceso no acabase en tragedia. Un susto que afirman que no habían tenido antes: «Si que es cierto que habíamos tenido emergencias parecidas, con personas ya mayores, con afecciones, o algún tipo de accidente, ya sea de tráfico o doméstico, pero con bebés nunca, y nos alegramos mucho de que haya salido todo bien».

La patrulla de la Guardia Civil asegura que lo que saben de primeros auxilios, con los que han podido salvar la vida de la pequeña, los han aprendido por el Plan Patio, con el que reciben actualizaciones de normativa para su trabajo, y formación y cursillos de este tipo de actuaciones, que junto con la rapidez y el buen hacer de los agentes pudieron alargar la vida de la niña que llevaba muy pocos días en este mundo.

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