entrevista
«Frente a los eslóganes falsos del Gobierno, Castilla y León ha sido el sostén y el soporte de los ciudadanos en esta crisis»
El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, defiende en una entrevista con ABC la moderación de la Junta y el acuerdo político como claves para ofrecer estabilidad y confianza en «esta dura travesía por el desierto»
Sabe que la crudeza de la crisis económica provocada por la pandemia apenas ha comenzado y no esconde que serán muchos los ciuadanos que pierdan sus empleos o cierren sus negocios como muestra de que «salimos más débiles y no más fuertes» como decían «los eslóganes» del Gobierno. Desde su departamento, Fernández Carriedo asegura que no dudará en impulsar el gasto para «lo urgente»: reforzar los servicios públicos, paliar los efectos económicos y proteger «a las personas que han entrado en una situación de vulnerabilidad».
-Castilla y León presume de su pacto para la recuperación y sus firmantes lo definen como histórico. ¿Cuál es el valor real de ese gran acuerdo y cómo repercutirá en los ciudadanos?
-Que nos pusiéramos de acuerdo sobre una serie de aspectos en los que coincidimos y en los que vamos a trabajar en común era algo que se lo debíamos a las personas de Castilla y León y al sufrimiento que se ha pasado. Somos una Comunidad con menos paro e impuestos que la media y nuestros servicios públicos son mejores. Si a eso añadimos este buen clima de diálogo político aumentamos los elementos de atracción para esas inversiones necesarias que vienen del exterior.
-Se planteó sin líneas rojas y con cesiones de unos y otros. ¿A qué tuvo que renunciar la Junta?
-Todos hemos renunciado. En política fiscal, la izquierda quería llegar más allá, que es establecer un calendario de subida de impuestos, al contrario que nosotros. Al final, lo que decidimos es de momento no bajar el Impuesto de Sucesiones, pero seguir con las bonificaciones y deducciones fiscales que teníamos hasta ahora.
-¿Pero el Impuesto de Sucesiones se mantiene porque la izquierda no lo quería o porque la Junta era consciente de que éste no era el momento para eliminarlo ante la necesidad de contar con mayores ingresos?
-Es verdad que ahora estamos en unas circunstancias de abordar una serie de gastos que no teníamos contemplados hace cuatro o cinco meses y en este contexto encajar una bajada de impuestos era más complicado.
-¿Pero se eliminará en esta legislatura?
-El presidente ha manifestado su deseo de que sea así, pero no lo sabemos y todavía es pronto para hablar de ello.
-¿Usted está en disposición de garantizar que no habrá subida de tributos propios en esta legislatura?
-Lo cierto es que la situación es complicada y también que los ingresos han bajado de forma muy notable, mientras los gastos se han disparado para atender las necesidades. Nuestro programa consiste en no subir impuestos y es el compromiso de Alfonso Fernández Mañueco y vamos a trabajar en esa dirección. Si vamos con la idea de no subirlos, es posible que consigamos no hacerlo. Las batallas que no se dan son las que nunca se ganan. Así como hemos visto la debilidad del Estado en esta pandemia para funcionar, se puede decir que las comunidades en general, y Castilla y León en particular, hemos hecho de soporte y sostén de esa preocupación que tenían muchos ciudadanos y hemos sabido dar ese servicio en sanidad, servicios sociales y protección que tanto han valorado. Durante esta pandemia, la confianza en el Gobierno se ha deteriorado, mientras el prestigio del sistema sanitario, que es competencia de las autonomías, ha aumentado.
-¿A Castilla y León se le hace menos caso desde Madrid que a otras regiones porque hace menos ruido?
-No nos vamos a cansar nunca de exigir lo que corresponde a Castilla y León y vamos a pelear por todos los medios para reclamar lo que es justo para nuestra tierra. Esto es compatible con la lealtad y la educación. A veces ocurre que el Gobierno de España es más sensible a las demandas de partidos soberanistas y a la de los más radicales que a los que ejercemos la moderación y la lealtad.
-Pese al pacto, la oposición no deja de acusarles de no haber puesto ni un euro en ayuda de los colectivos afectados por la crisis.
-Llevamos varios meses de aplazamientos de tributos autonómicos que han beneficiado a miles de castellano y leoneses, algo que no se ha producido a nivel nacional con la misma intensidad. Pusimos en el mercado bastante liquidez incluso a tipos de interés cero para pymes y autónomos. Esta misma semana ha arrancado una ayuda para aquellos profesionales que han perdido una parte relevante de sus ingresos y que tienen que pedir un crédito para mantener su actividad. Nosotros le damos una ayuda equivalente a una cuota de la Seguridad Social que están pagando a un Gobierno que no ha tenido a bien el perdonárselo. Son 10 millones de euros de los que se pueden beneficiar más de 30.000 autónomos de Castilla y León para salvar su negocio. El Ejecutivo central no ha tenido la sensibilidad que sí hemos tenido nosotros con los autónomos.
-Aunque no es directamente su negociado, ¿le preocupa que se haya podido dinamitar el Diálogo Social por los cambios en las ayudas de la Junta a los afectados por los ERTE?
-Es una seña de identidad de Castilla y León. La consejera ya ha convocado a los sindicatos y empresarios y confío en la voluntad de todas las partes para alcanzar un acuerdo. En las actuales circunstancias hace falta un esfuerzo de la Junta, pero también de los agentes económicos y sociales.
-Ahora pretenden empezar a negociar los Presupuestos del próximo año con todos los grupos.
-Me gustaría que hubiera un amplio consenso en relación con el Presupuesto. No muchos veían posible el acuerdo para la recuperación y lo hemos conseguido. Es verdad que tenemos mayoría suficiente para aprobarlos, pero sería bueno un mayor respaldo porque en este momento es muy importante lanzar un mensaje de estabilidad y seguridad. Aquí no tenemos un debate abierto sobre subir impuestos a sociedades o nacionalizarlas. Las empresas saben que aquí pueden invertir con confianza.
-¿Ya sabe a qué partidas pasará la tijera para cuadrar las cuentas de 2021? ¿Habrá que recortar de algún lado?
-Eso es una evidencia. Tenemos que financiar el incremento de gasto, la reducción de ingresos y queremos hacerlo sin subir impuestos a ciudadanos, pymes y autónomos. Todo lo que gasta la Junta es prioritario, pero lo urgente son las tres crisis: la sanitaria, que nos lleva a un problema en la prestación de los servicios públicos; la económica y de empleo, en la que tenemos que ayudar y lo estamos haciendo, y una tercera es la social, reforzando todo nuestro sistema de protección, que es de los mejores de España, para atender a las personas que han entrado en situación de vulnerabilidad.
-No conoce las previsiones del Gobierno en cuanto a ingresos y gastos ni el escenario de estabilidad que se maneja. ¿Cuál sería, por ejemplo, un porcentaje de déficit asumible por parte de Castilla y León para 2021?
-La crisis ha tenido un impacto directo sobre el coste y el gasto en las competencias que desempeñamos las comunidades (sanidad, educación, servicios sociales). Lo que conocemos es que el Gobierno, tras solicitar ante la UE un nuevo escenario de estabilidad presupuestario en el que el déficit del Estado pasaría del 1,8 al 10,34, lo que supone 90.000 millones más, tiene la idea de disponer de todo ese margen para ellos y no compartirlo ni distribuirlo con las autonomías. Esto ni es justo ni es equilibrado.
-Desde el Gobierno se ha lanzado el mensaje de que en esta crisis nadie se va a quedar atrás ¿le parece que es una afirmación real o más bien un eslogan imposible de cumplir?
-Es el mismo Gobierno que nos dice que salimos más fuerte de esta crisis y el que, a través del CIS, afirma que los españoles piensan que estamos mejor económicamente que hace un año cuando la realidad es que tenemos más paro, hay negocios que van a desaparecer y muchas familias tienen más dificultades para llegar a fin de mes. Desgraciadamente, salimos más débiles. Nuestra misión es paliar esta situación generando confianza y estabilidad.
-¿Pero se puede garantizar que las miles de personas que se queden sin empleo o pierdan su negocio no vayan a vivir peor a partir de ahora?
-Desgraciadamente estamos peor hoy que antes de la pandemia. Ya nos gustaría que los eslóganes del Gobierno fueran verdad, pero desgraciadamente somos menos porque hemos dejado a muchas personas en el camino y hay mucha más gente en dificultades que hace tan solo unos meses.
-El objetivo que usted mismo ha marcado es acabar el año con menos recesión, menos paro y menos deuda que la media nacional. ¿por qué está tan convencido de que será así y cuál va a ser la clave para conseguirlo?
-No estamos convencidos. Hay que pelearlo. Es un objetivo que nos ponemos. Va a ser difícil y no vamos a negar la realidad. No somos una isla, pero va a haber comunidades que acierten con las políticas y ahí queremos estar nosotros.
-Pero las previsiones hablan ya de una caída del PIB superior al 10 por ciento para este año.
-La banda es muy amplia. Lo que está claro es que la bajada es muy grande, no inferior al 8 por ciento, y es un impacto enorme. En 2021 habrá crecimiento económico porque todo ha estado parado al menos dos meses este año. Cerraremos el próximo ejercicio con más PIB que en 2020 y habrá que esperar a 2022 para situarnos al nivel del pasado año. Es un factor de realismo y ese mensaje hay que lanzarlo a la sociedad. Estamos en la primera fase de la recuperación. Cuanto menos caigamos desde menos abajo nos tendremos que levantar y eso es muy importante. No vamos a dar por perdido este año, aunque la travesía por el desierto va a ser más dura de la que nos gustaría.
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