Fernando Cayo: «Las redes sociales están llenas de los más guays en todo»

El actor vallisoletano regresa al Calderón con la gira 'El peligro de las buenas compañías', segundo texto que aborda del filósofo Javier Gomá, en el que ha encontrado el autor perfecto para el tipo de teatro «pedagógico» que le gusta hacer

D. RUANO

H. Díaz

Fernando Cayo regesa este fin de semana a su ciudad para subirse a las tablas del Calderón metido en el papel de Tristán, un hombre existoso en su profesión pero con muchas otras carencias en su vida, que además tiene que sobrevivir al cuñado 'ejemplar'. Es la «almendra» de 'El peliro de las buenas compañías', una comedia «de carcajada» y a la vez «de mucha enjundia» escrita por el filósofo y escritor Javier Gomá en la que el intérprete vallisoletano comparte escenario con Carmen Conesa, Ernesto Arias y Miriam Montilla.

'El peligro de las buenas compañías' llega al Calderón tras su estreno hace un par de meses en Madrid. ¿Cómo cree que ha madurado el montaje?

El que sea una comedia que haya pasado ya por el público y que esté contrastada, sobre todo cuando es un montaje tan especial como éste, con ciertos tintes filosóficos, hace que todo esté mucho más engrasado. El mecanismo está más perfeccionado y la verdad es que estamos muy contentos; y no sólo por el paso por Madrid, sino por el éxito que ha supuesto en nuestra primera plaza de gira, que fue Málaga. En este momento en el que la gente lo está pasando tan mal, el poder llevar una función que además tiene unos tintes que por momentos rozan el cabaret, el clown... yo creo que se necesita. Hace falta este tipo de entretenimiento con brillo y energía buena.

Vuelve a participar en un montaje escrito por Javier Gomá tras hacerlo en 'Inconsolable'. ¿Qué encuentra en el trabajo del filósofo como autor teatral que le ha animado a seguir trabajando con él?

Hay una comprensión mutua. Cuando trabajé con él en 'Inconsolable', como era un montaje muy autobiográfico, estuvimos hablando muchas veces y mucho rato sobre distintos aspectos y, a parte de la admiración tras leer todas sus obras, nació esa comprensión profunda y el hecho de seguir queriendo trabajar juntos. Luego, además, hay otra cosa. Javier Gomá tiene una manera de escribir muy particular. Utiliza un lenguaje muy elevado pero que si lo dices de la manera adecuada llega muy fácil y certero al espectador. Ese afán pedagógico que tiene a la hora de escribir me encanta, porque creo que es una de las funciones del teatro. Tenemos que divertir, entretener y emocionar, pero también aportar algo. Cualquier obra en la que esté me gusta que tenga siempre un elemento pedagógico.

Qué me dice de Tristán, su personaje en 'El peligro de las buenas compañías'.

Es un tipo muy exitoso en su profesión, pero con muchas carencias en el resto de la vida, y tiene al lado a su cuñado, que es un don perfecto de la vida y esto le hace muy infeliz porque de la comparación con él sale muy mal parado. Esto, además, él lo lleva fatal y lo gestiona muy mal, de una manera muy rocambolesca y peregrina. Ahí está la almendra de la función. Y lo bonito es que el público se siente muy identificado con él, porque podía haber optado por odiar a este tipo, pero es la representación del humano medio que comete muchos errores, y entonces la gente se identifica mucho con ese perfil de personajes.

Y como contrapunto Félix, el ejemplar... También hay muchos que se esfuerzan por aparentar serlo a costa de lo que sea.

Hay que diferenciar dos cosas. Una es ser ejemplar de verdad, que normalmente los que lo son no hacen exhibición de ello. Y por otro lado está lo que vivimos ahora, mucho a través de las redes sociales, de cierta frivolización de nuestro comportamiento y el hecho de tener que demostrar a los demás que uno es el más guay, el más simpático, el que viaja más... Cuando te metes en las redes sociales están llenas de gente así: los mejores madres y padres, los que educan mejor a sus hijos, los más guays en todo... Y eso es mentira. Todos tenemos una parte en la que fallamos y eso es ser humano.

«El humor es una herramienta estupenda para extraer enseñanzas de la realidad y tener una visión crítica del mundo»

La última vez que subió a las tablas del Calderón lo hizo con un monólogo, '¡Por todos los Dioses!'. ¿Cómo disfruta más en el escenario o cree que saca más rendimiento a su trabajo actoral, solo o en equipo?

Me gusta ir combinando. El estar trabajando en un monólogo es un trabajo muy solitario, aunque realmente no estoy solo en escena, siempre llevo un músico y luego se trabaja con los técnicos y hay una vinculación muy directa con los espectadores. En este espectáculo también ocurre. No hay cuarta pared, estamos con los espectadores directamente porque tiene un toque muy de cabaret, de clown... Luego, el monólogo es una experiencia muy intensa, al estar tan concentrado en lo que estás haciendo te acerca al trance y es interesante, pero este espectáculo requiere también de un 'pin pon' entre los intérpretes y eso me gusta mucho, esa sensación de ir pasándonos la pelota unos a otros, de conexión grupal, es muy bonita.

Esa primera carcajada del público, ¿se sigue esperando con nerviosismo?

Bueno, como hemos estado casi dos meses en Madrid, ha dado tiempo a que madure. A parte de que una de las ventajas de trabajar con Juan Carlos Rubio es que llegas a los estrenos muy hecho y tranquilo. Prácticamente los 15 últimos días ya estás haciendo pases generales... Pero en cualquier caso siempre es gloria bendita y una satisfacción plena volver a escuchar las risas de la gente. ¡Es muy reconfortante!

«Quien es ejemplar de verdad no hace exhibición de ello»

¿Cómo le gustaría que saliera el público del teatro: rumiando lo que ha visto o con la sensación de haber desconectado totalmente de su día a día?

Con un conjunto de ambas cosas. Van a salir con una sonrisa en la boca ya que el espectáculo es muy divertido, de carcajada... pero diría que es de una carcajada inteligente porque tiene mucha enjudia y lleva a la reflexión. Es un espejo, que es lo que decía Shakespeare que debía ser el teatro, y en este caso se trata de un espejo muy grande de nuestros comportamientos contemporáneos.

Crisis económica, pandemia, guerra en Ucrania... A priori parece un contexto difícil para llevar una comedia a escena, ¿o todo lo contrario?

A mí una comedia siempre me parece importante. El humor es una herramienta estupenda para extraer enseñanzas de la realidad y tener una visión crítica del mundo. Y en los momentos en que peor lo pasamos más necesario es. Por ello, creo que,este espectáculo es muy necesario, porque relaja. Si te quieres quedar sólo con la parte más frívola lo puedes hacer, pero luego tiene otras capas más de comprensión profunda, que también son muy divertidas.

*Funciones: Viernes, 20 de mayo de 2022 19.30 horas; Sábado, 21 de mayo de 2022 19.30 horas; Domingo, 22 de mayo de 2022 19.30 horas.

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