La espiritualidad de Etiopía, a través de la mirada de Cristina García Rodero

La Premio Nacional de Fotografía expone en Valladolid, dentro de las actividades de PHotoEspaña, su trabajo en la ciudad etíope llamada a ser «la nueva Jerusalén»

Cristina García Rodero, junto a uno de sus trabajos ICAL

Henar Díaz

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La primera vez que la fotógrafa Cristina García Rodero viajó a Etiopía fue en 2000. Lo hizo para retratar la Semana Santa de los cristianos ortodoxos allí instaladados, «fue muy sentida, pero nada bonita». En 2004 volvió, pero no vió nada «interesante». Fue cinco años después, en 2009, «cuando trabajé de verdad». Quedó entonces especialmente fascinada con Libela, una ciudad situada a 2.600 metros de altitud, en el corazón de las montañas del país africano, convertida en lugar sagrado y centro de devoción para la cristiandad etíope. La espiritualidad de este lugar, la belleza de unos ritos ancestrales transmitidos de generación en generación, es lo que trata de reflejar en 'Lalibela, cerca del cielo', la exposición de la Premio Nacional de Fotografía que desde este viernes se puede ver en la Sala Municipal de La Pasión en Valladolid.

Forma parte del desembarco en la capital del Pisuerga de PhotoEspaña , el principal festival de fotografía que se celebra en nuestro país, al que se suman también otras tres exposiciones inauguradas ayer, con los trabajos de la italiana Donna Ferrato, Ana Amado y el indio Raghu Rai como protagonistas.

Las instantáneas reunidas forman parte del que Cristina García Rodero reconoce como su proyecto más ambicioso hasta la fecha, ‘Entre el cielo y la tierra’, aún inacabado, donde la fotógrafa de Magnum se ha empeñado en indagar en torno a conceptos como «la espiritualidad y la carne, lo religioso y lo pagano», lo que le ha llevado, ha recordado este vienes en Valladolid, a recorrer recónditos lugares de todo el planeta en los cuales se vive de una forma especialmente intensa esa religiosidad, desde Etiopía e India hasta México «y muchos otros países»: «Allí donde voy, me enamoro de los lugares».

Según ha detallado la comisaria de la muestra, Oliva María Rubio , el trabajo que ahora recala en Valladolid tras un lustro de itinerancia por todo el país es producto de una serie de viajes que la fotógrafa realizó entre 2004 y 2009. «Allí se quedó fascinada por Lalibela, una ciudad que debe su nombre actual al rey Gebre Mesqel Lalibela, que gobernó en 1172 y 1212, quien decidió crear en ella una nueva Jerusalén, un espacio de devoción, culto y peregrinación para los cristianos etíopes». Con esa idea, mandó levantar once iglesias medievales excavadas en la roca, algunas a quince metros de profundidad, hoy convertidas en centro de peregrinación y devoción para toda la cristiandad etíope.

Este enclave, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, sirve de escenario a García Rodero para reflejar la belleza de los ritos que allí se producen anualmente al celebrar la epifanía, el bautismo de Cristo o su martirio y resurrección. «Mucha gente va allí a ungirse con el agua bendita o a hacer exorcismos, y Cristina capta todo eso gracias a su inmenso trabajo y a su capacidad para introducirse en los lugares sin que se note su presencia» ha apuntado también la comisaria.

ICAL

«Soy muy pesada trabajando, nunca estoy satisfecha con lo que hago . La primera vez que fui a Lalibela, en el año 2000, fui en Semana Santa, pero aquello fue muy sentido pero nada interesante visualmente. Luego regresé en 2004 y me dividí en varios espacios, y ya en 2009 fue cuando pude trabajar de verdad. Es monótono, porque son todo plegarias, rezos y misas que se prolongan durante varias horas, pero escucharlos cantar encima de las iglesias, con esos precipicios de las rocas cortadas, y ver cómo tocan la música con pequeños platillos que llevan en los dedos… Solo por ver eso ya merece la pena ir hasta allí», ha detallado la fotógrafa, para quien «Etiopía merece la pena de verdad» .

García Rodero ha lamentado la ausencia en Valladolid de su compañero en la Agencia Magnum Raghu Rai, el fotógrafo indio cuyos trabajos ocupan la sala de San Benito en la exposición ‘Mother India’, una retrospectiva en la que se puede ver la evolución de este país desde su independencia, hace 75 años, a través del retrato de sus mujeres, pero también de sus diversas condiciones sociales, religiosas y étnicas.

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