Escribano asegura que perdió dinero al prejubilarse con 5,8 millones de Caja Segovia

El exdirector general defiende en el juicio la legalidad de los pagos y que la entidad «no estaba en crisis»

Manuel Escribano, durante el juicio ICAL

ABC

El exdirector general de Caja Segovia Manuel Escribano sostuvo ayer, en su declaración en el juicio por las prejubilaciones millonarias, que la entidad siempre tuvo beneficios y «no estaba en crisis», llegando estar entre las cinco mejores cajas de España. Escribano fue el primer acusado en declarar y mantuvo fuerte intercambios dialécticos con los abogados de la Fundación Caja Segovia y de IU, que ejercen la acusación particular y popular. Recordó que el plan de prejubilaciones de Caja Segovia, aprobado en 2006, tenía como principal objetivo «mantener el comité de dirección» durante el periodo de ejecución del Plan Estratégico de la entidad entre 2007 y 2011, para que estos directivos «no abandonaran la Caja». Por ello, según Escribano, esta medida «no fue un privilegio» sino «una restricción de derechos» respecto al resto de empleadosa.

Los cargos de dirección, argumentó el exdirector general, mantuvieron su compromiso con la entidad de seguir esos cuatro años y no fueron cinco porque los órganos de Gobierno de Caja Segovia «de forma unilateral» tomaron la decisión de abandonar el Plan Estratégico e «irse al SIP de Bankia», lo que motivo «el efecto liberador para solicitar la prejubilación».

Escribano insistió en que firmó un documento «de mutuo acuerdo con la Caja» con un compromiso y tenía que respetar «el contenido clausurado» porque «yo siempre he querido a la Caja» remarcó, y Caja Segovia «me lo ha dado todo y yo todo a ella».

En el momento de dejar la entidad, tenía 54 años por que lo que tenía que cobrar once años de prejubilación hasta los 65 años. Rafael Iturriaga cifró esta cantidad en 5,8 millones de euros, que el exdirectivo no matizó, para argumentar que fue «un compromiso adquirido por las dos partes».

Uno de los momentos álgidos de la declaración fue al afirmar que «ojalá se hubiera podido» adherir al Expediente de Regulación de Empleo de Bankia porque le hubiera supuesto cobrar 660.000 euros más, informa Ical.

«Ético y coherente»

El exdirectivo afirmó que siempre fue «ético» y «coherente» con la entidad financiera, disminuyendo en casi 200.000 euros de forma voluntaria su salario para «respetar el espíritu» del acuerdo de 2006 sobre las prejubilaciones. Además quiso recordar que su contrato como director general de Caja Segovia fue aprobado por el que fuera vicepresidente Javier Reguera, hoy presidente de la Fundación Caja Segovia, que ejerce la acusación particular.

Por su parte, el exsecretario general de la entidad, Antonio Tapias, que defendió su papel en las reuniones como «secretario de actas», donde «no tenia voto» ni «capacidad de decisión». Asimismo, recordó que los planes de prejubilación ya existía cuando él ingresó en 1975. Tapias se prejubilo con 55 años y cobró 1,8 millones de euros.

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