El ‘Ecce Homo’ palentino recupera su forma original

La pastorcilla del altorrelieve de la fachada de un edificio centenario en Palencia había sido desfigurada en un arreglo chapucero del que aún hoy se desconoce el autor

Original del relieve en la fachada del edificio (izquierda) y destrozo previo a la restauración ABC

Clara Nuño

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El 21 de agosto de 2012, la cara de Cecilia Giménez dio la vuelta al mundo por intentar arreglar otro rostro en una pintura mural del Santuario de la Misericordia de Borja. Una chapuza que en cuestión de horas se convirtió en un fenómeno a lo largo del globo. Es el Ecce Homo más famoso de España, pero no el único. En Palencia, a fines de 2020, un particular caminaba por la Calle Mayor de la ciudad cuando se fijó en la decoración del altorrelieve de la fachada de un edificio centenario que ahora pertenece a Unicaja. La escena -dos pastores con sus ovejas- tenía un detalle llamativo que -se sospecha- llevaba años pasando desapercibido: la cara de ella no estaba tallada, era una masa blanca informe y tosca. Dio el aviso y se hizo viral en redes sociales. Nadie sabe, a día de hoy, cuánto tiempo llevaba así.

«Es un despropósito», asegura, en declaraciones a ABC, Tomás de la Torre, miembro de Archivolta, la empresa que en los últimos dos meses se ha encargado de la restauración de la pieza. «No creo que lleguemos a saber quién ha sido. Hace 15 años de la última restauración del edificio y la empresa que lo hizo ha asegurado que ellos no han tocado nada», explica de la Torre. En su opinión, probablemente fuera una intervención de urgencia por el deterioro del edificio y no le prestaron atención al efecto en el patrimonio.

«La composición llevaría ahí más de un siglo, y este tipo de obras suele llevar una armadura de hierro bajo la pintura. Con el paso de los años y la erosión, el recubrimiento se va agrietando y se filtra el agua. Esto hace que el hierro se oxide, se expanda y acabe reventando el cemento por dentro», desarrolla el restaurador para criticar que uno de los principales problemas en la conservación del patrimonio es la dejadez; «Se deja avanzar mucho el deterioro de los edificios, y cuando te pones a ello el coste es mucho mayor» . Añade que «en bastantes ocasiones se ha arreglado por fuera, la parte visual, pero el problema está en las tripas, en el armazón. Aunque tapes las grietas el daño ya está hecho y hay que hacer una intervención».

Labores de restauración del molde de la pieza Archivolta

El legado de Jerónimo Arroyo

Muchos edificios palentinos sufren el mismo mal porque «antes se creía que el hierro era eterno». Cuenta de la Torre que buena parte del casco histórico de la urbe es obra del arquitecto, político y periodista, Jerónimo Arroyo, que acostumbraba a emplear piedra artificial en sus fachadas. «La Diputación de Palencia, por ejemplo, se hizo con ello», recuerda para añadir que Archivolta también ha hecho trabajos de restauración en el inmueble.

«Ahora trabajamos distinto, y nosotros lo que hacemos es cambiar el esqueleto de hierro por acero inoxidable. A veces hay que desmontar la pieza por completo y rehacer el molde», continúa de La Torre. En el caso de la pastorcilla, tras el diagnóstico desmontaron la escena completa y rehicieron el armazón con poliéster. «Es el material con el que está hecho una piragua, así el agua tampoco traspasa» , ilustra el restaurador para argumentar que este tipo de trabajos no los puede hacer cualquiera y que, aunque entiende la buena fe de los vecinos al intentar preservar o arreglar una pieza histórica, siempre hay que llamar a un profesional o se corre el riesgo de vandalizar la obra y hacer surgir un nuevo ‘Ecce Homo’.

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