Las Ebau del Covid: récord de aptos y el mismo «agravio» territorial

Castilla y León sube su nota media a 7,5 y consigue un 97 por ciento de aprobados en las pruebas

Pese a tener de los mejores resultados en PISA, los sobresalientes siguen concentrándose en otras autonomías

Manifestación en el año 2018 por una EBAU única en toda España en la capital vallisoletana HERAS

M. Antolín

La llegada del Covid hace ya más de dos años lo puso todo patas arriba. También la educación, que se vio obligada a echar el cierre en sus aulas y trasladar la enseñanza al entorno online con alumnos siguiendo sus clases desde casa. Adaptación en tiempo récord, pero desconcierto, y mucho, en los alumnos de segundo de Bachillerato que se jugaban todo a una carta de cara a su futuro universitario en una prueba de acceso (Ebau) para la que se prepararían de una forma bien diferente a otras ediciones, a distancia de sus profesores. Así que se intentó dar alguna facilidad a estos estudiantes -se mantuvo también en los exámenes de 2021 y lo hará en las de 2022- con una mayor optatividad (los estudiantes tenían más alternativas para escoger dentro de cada pregunta) permitida por el Ministerio, pero con los mismos contenidos.

Eso se ha traducido en un récord de aprobados en los dos últimos años, también en el número de alumnos presentados, pero sigue sin resolverse el problema del que se viene quejando Castilla y León desde hace tiempo. Persiste el «agravio» territorial al haber diecisiete pruebas distintas -una por cada una de las autonomías- en un distrito universitario que es único para toda España y porque el resto de las regiones han seguido la misma ruta que Castilla y León a la hora de flexibilizar las pruebas para unos alumnos que se vieron trastocados por la pandemia. Y así se desprende de los datos que en los últimos días ha publicado el Ministerio de Universidades sobre la Ebau de 2021.

«No nos resignamos y seguiremos pidiendo una Ebau única. Es de justicia para nuestros estudiantes»

Castilla y León es la segunda comunidad con mayor número de aprobados, un 97 por ciento de los presentados, tan solo por detrás del País Vasco, con seis décimas más. Además, ha visto crecer la nota media de las calificaciones obtenidas para el acceso a grado en estos dos últimos años. Del 7,2 de las pruebas prepandemia en 2019 ha pasado a un 7,5. Lo mismo ha ocurrido con las notas de la fase general de los exámenes (de un 6,7 a un 7,2 -la más alta de España empatada con otras tres) y en la media de Bachillerato (de un 7,4 a un 7,7), un aspecto importante porque la calificación con la que finalmente los estudiantes podrán acceder a la titulación que deseen se conforma con un 60 por ciento de Bachillerato y un 40 de la Ebau.

Esta misma tendencia al alza se ha registrado en todos los territorios. De la misma forma que en la mayoría han aumentado el porcentaje de sobresalientes obtenidos. En la última convocatoria, el 14,6 por ciento de los estudiantes de Castilla y León obtuvieron esa calificación en la nota que les dará acceso a un grado universitario, mientras que en 2019 ese porcentaje fue del nueve por ciento. Tal y como ha ocurrido con las medias, esta dinámica se ha mantenido en toda España de la misma forma que persiste el hecho de que el mayor número de estudiantes que sacan entre un 9 y un 10 se concentra en las comunidades que obtienen peores resultados en evaluaciones como PISA, donde Castilla y León está tradicionalmente a la cabeza. Así, en la última edición del informe elaborado por la OCDE, la Comunidad se posicionó segunda tanto en matemáticas como en ciencias y fue la única que se mantuvo en los tres primeros puestos en las dos categorías. Paradójicamente, es la séptima con más sobresalientes en la Ebau, un ránking que encabezan Murcia, con un 21 por ciento, Asturias, Extremadura y Andalucía. Todas, salvo la asturiana, que está en la mitad de la tabla, están en el vagón de cola en el informe internacional.

Carreras más demandadas

¿Cuál es la explicación a este escenario? Desde Castilla y León tanto la comunidad educativa, con la Junta a la cabeza, consideran que todo es fruto de la desigualdad a la hora de elaborar las pruebas y de que en la región existe uno de los exámenes más exigentes. Algo que más tarde repercute en las notas de los estudiantes -a mayor exigencia, calificaciones más bajas- y también en el que será su futuro, ya que las carreras más demandadas -Medicina es ya un clásico entre las más solicitadas, a la que ahora se unen dobles grados muy atractivos para los nuevos universitarios- son las que tienen una nota de acceso más elevada. Todo ello en un distrito universitario único en el que los alumnos pueden entrar en cualquier universidad del país a través de la calificación obtenida tras la EBAU. Una realidad que constatan también desde la Consejería de Educación, donde destacan que, pese a todo, los estudiantes de la Comunidad tienen siempre calificaciones superiores a la media estatal y que el número de aprobados es también superior. No obstante, la consejera, Rocío Lucas, tiene claro que «Castilla y León no se va a resignar. Vamos a exigir al ministerio una Ebau única cuanto antes, porque es de justicia para nuestros jóvenes», señala a ABC.

Y es que esta cuestión es un verdadero quebradero de cabeza para las familias, detalla la presidenta de la Confederación de asociaciones de padres y madres de los centros públicos de Castilla y León, María Soledad Alegre, y sobre todo para los propios alumnos que o tienen que salir fuera de la Comunidad para estudiar lo que quieren -con el desembolso económico que eso conlleva- o se ven obligados a elegir una titulación que no les agrada para permanecer cerca de su casa. Así que esa mayor optatividad en las dos últimas ediciones ha sido positiva y un «alivio». «No se trata de bajar el nivel, sino de otra forma de diseñar las pruebas», recalcó Alegre, porque «no queremos morir de éxito» al ser demasiado exigentes con los estudiantes de la propia Comunidad y que salgan perjudicados respecto a otros territorios por un «agravio» que continúa pese a los cambios en las dos últimas EBAU. Un perjuicio, dijo, que se puede ver con «datos objetivos» en la matriculación de las universidades autonómicas.

«Pedimos una prueba única y mientras, que se repiense el diseño en Castilla y León sin bajar el nivel»

Por eso, por un lado, los padres continúan en la lucha por una prueba de acceso a la universidad única en todo el territorio que termine con las desigualdades. «Parece que la ministra actual -Pilar Alegría- ha manifestado su intención de hacerlo, pero ya sabemos que después hay que negociar con el resto de las autonomías...». Así que, mientras eso ocurre, plantean también a la Junta que repiense el diseño de la prueba autonómica para evitar que en Castilla y León los estudiantes se vean obligados a «memorizar gran cantidad de contenidos» que más tarde les pueda perjudicar en la nota final.

Porque principalmente el problema en la Ebau, «es de nota», recalca desde el sindicato Csif, Mariano González, y no tanto de número de aprobados. «Nosotros siempre hemos estado a favor de una prueba única porque, aunque los contenidos sean iguales y estén marcados para todos, otra cosa es la forma de preguntar», expresa. «No es de recibo que el examen de Historia -el más peliagudo de los que conforman la Ebau por el número de temas a estudiar- en algunas autonomías tenga preguntas de desarrollar y otras de rellenar huecos», considera el representante sindical, que explica que sí ha habido flexibilización en los últimos años, pero «no una armonización». «Es una queja generalizada en la Comunidad, por parte de profesores y estudiantes, que no se puede acceder a las carreras más solicitadas en las universidades de Castilla y León», lamenta.

Más desigualdades

Pero, además, mucho se temen en Csif que, de no actuar pronto, «las desigualdades pueden ir a más» cuando se aplique la Lomloe -la nueva ley de educación-, en la que el currículo «es mucho más abierto», y los estándares (los temas que se preguntan) «no están concretados». «El problema ahora es que esos estándares no van a existir y, por lo tanto, si no hay un proceso de armonización, las diferencias entre territorios pueden ampliarse aún más», resume.

Y mientras, a poco más de un mes para que se realice la convocatoria de la Ebau (del 8 al 10 de junio), los estudiantes castellano y leoneses, a la cabeza en conocimientos según los informes internacionales, se vuelven a jugar su futuro profesional con unas pruebas con las que consiguen menos nota, al tener una mayor exigencia que en otras autonomías. La consecuencia es que, en muchos casos, los alumnos de esta comunidad no podrán elegir el grado universitario elegido.

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