Día 8

Diario de una periodista confinada: aquellos domingos de Misa y vermú

MONTSE SERRADOR

Domingo. Se abre todo un abanico de posibilidades a las que habrá que echar un poquito de imaginación para poder cumplir con el mandato divino. Lo de levantarse más tarde, ha sido posible; dedicarle un poco más de tiempo al desayuno, también. Ir a Misa, ya es más complicado porque las iglesias están cerradas. Muchos párrocos en distintos puntos de Castilla y León nos han sorprendido con iniciativas para mantener el contacto con sus fieles y ofrecerles distintas manifestaciones de fe. El cura Goyo , como él se autodenomina –atiende los municipios valisoletanos de Renedo, Villarmentero y Castronuevo - ha colgado en YouTube un emotivo vídeo-carta-mensaje para sus parroquianos. Se ha servido de la canción de Manuel Carrasco «No dejes de soñar ». Muy apropiado.

El vermú de después de Misa es un clásico sencillo de cumplir, incluso en compañía de amigos o familiares. Ya conocemos las mil y una aplicaciones con las que se puede conectar en grupo. Ya no hay distancias. Hasta se puede improvisar una cata de vino o, ya puestos, de tortilla de patata. Ayer, yo me estrené en estas nuevas mañas de compartir (virtualmente hablando) vino y conversación con amigos de Santurce . ¡Hala, ocho a la vez! Lo que son las cosas, el encierro nos está permitiendo cultivar más y mejor las amistades y sentirnos cerca. Va a ser verdad esa frase tan manida y repetida por los políticos de que cuando acabe todo esto la humanidad será eso, humana.

Hablando de políticos, acabo de leer que la cuarentena se va a prorrogar quince días más. Era previsible. Si se cumplen los anuncios apocalípticos de anoche de Pedro Sánchez , esta semana no va a ser fácil. Vamos a ser optimistas: sólo será un poquito complicada. Así que bueno será afianzar las nuevas rutinas e inventarnos otras que nos hagan más fácil vivir en la cueva.

En esta familia vamos a empezar con la actividad culinaria. Sofía se estrenó ayer con un bizcocho de chocolate bajo la dirección técnica de un chef virtual. El resultado es manifiestamente mejorable pero a los adolescentes les puede el ansia y abrir el horno antes de tiempo tiene sus consecuencias. Habrá una segunda oportunidad, tenemos 7 días+15 para volverlo a intentar y tal vez descubrir una nueva vocación.

Esta mañana me ha llamado la directora de la Residencia de la Beneficencia de Valladolid . Está contagiada y en su casa. Sigue suplicando ayuda para atender a los mayores del centro. Necesitan personas que quieran trabajar, voluntarios o contratados, y material de protección. Es un drama más de los muchos que hay por toda España, pero cuando ponemos nombre y apellido a las tragedias, las hacemos más nuestras.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación