Desescalada frente al Covid-19

Casado niega «presiones» para avanzar a la fase 1: «No ha sido una decisión política sino técnica»

La Junta pasa al «optimismo prudente» y defiende que no se trata de un cambio de criterios y que los datos epidemiológicos permiten el cambio

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Las consejeras Isabel Blanco y Verónica Casado, minutos antes de comenzar la rueda de prensa F. HERAS

I. JIMENO

De «optimismo prudente». Así califica la Junta de Castilla y León su percepción en la situación del Covid-19 y que llevó ayer a pedir al Ministerio de Sanidad -como anunció el domingo su presidente, Alfonso Fernández Mañueco- de que a partir del próximo lunes 25 de mayo el conjunto de la Comunidad pase a fase 1 en la desescalada en la crisis sanitaria del coronavirus. Lleno de «condicionales» y con llamada a la «prudencia» como máxima que no dejó de repetir, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, defendió este «pasito más» después de haber mantenido una «estrategia muy rigurosa» y requisitos «muy, muy restrictivos» para ir saliendo del confinamiento. Los criterios epidemiológicos y sanitarios se mantienen -y con el apoyo de «todo» el Gobierno autonómico, sostuvo Casado-, pero también «con flexibilidad».

«Para nada» ha habido «cambio de criterios», recalcó Casado, quien descartó haberse sentido «presionada» y afirmó que la propuesta cuenta con su «respaldo» como «Verónica Casado, consejera de Sanidad y médico». «Estoy absolutamente convencida, porque se han respetado los criterios sanitarios y epidemiológicos», aseveró. Desde el Gobierno regional «siempre hemos dicho lo mismo». En este sentido, reiteró para avalar este avance pese a que «hubo un momento en el que nos daba un poco de miedo un repunte». «No ha sido una decisión política, ha sido una decisión técnica y, además, respaldada por los expertos» y tras un «concienzudo análisis» de todos los datos.

Lo que ha cambiado, señaló, es que ahora «las cosas se han tranquilizado», han «asumido» que el coronavirus «está entre nosotros», dijo, con los datos en la mano que ayer anotaron otras 29 personas con Covid-19 y 24.746 casos ya confirmados en Castilla y León. Los posibles contagios registrados por Atención Primaria han caído notablemente -desde los más de 700 de la semana pasada al centenar- y en los hospitales la tendencia de ingresos sigue siendo «decreciente», a la par que las UCI cada vez tienen menos críticos -de los 167 ingresados, 87 son por coronavirus-. «El ser prudentes nos ha permitido tener estos datos», afirmó Casado, quien confió además que esto permita «no tener sustos, no tener rebrotes». «Nuestros indicadores no son peores» que los de otras comunidades con una incidencia del Covid-19 igual o superior a la de Castilla y León, defendió.

«Flexibilidad y prudencia»

«Flexibilidad, prudencia y normalización pueden ir de la mano», subrayó la consejera quien, eso sí, reiteró que «si esto no sigue como estos días, reconsideraremos el tema», pues es «inseguro», y en la reunión bilateral prevista para el jueves con el Ministerio de Salvador Illa podría haber cambios.

De hecho, recalcó, «no hemos renunciado al modelo» basado en la desescalada por zonas básicas de salud -desde ayer, 62, con unos 279.000 habitantes, ya están en fase 1- y el análisis del Covid-19 sigue siendo diario «zona a zona, área a área y provincia a provincia». Defendió que el haber sido «muy precavidos nos ha puesto en situación de mayor tranquilidad» que a otras comunidades «para ir avanzando».

Abrir la puerta a la desescalada prácticamente en bloque del conjunto de la Comunidad «no es una demostración del fracaso» de su apuesta de hacer por zonas básicas de salud, «sino del éxito de la medida», aseguro la consejera, quien defendió que esta estrategia ha propiciado que «hayamos podido controlar» pequeñas zonas y «ahora nos permite dar un paso mayor» y también evitar que provincias completas no avancen por los «riesgos» en parte de su territorios.

Es más, «no renunciamos a nuestra perspectiva de zonas básicas de salud» y «si vemos» que algunas «no encajan» por tener casos de «transmisión comunitaria» del virus, «haríamos excepciones» y se plantearía una «fase 0,5 avanzada» con ciertas limitaciones a actividades de más riesgo como las reuniones. «A lo mejor, no todas las zonas de una provincia pueden ser desescaladas», advirtió la consejera, con la confianza que «sí» puedan, pero dejando la puerta siempre abierta a ese «condicional».

«Extrema vigilancia»

«A día de hoy, la valoración es positiva, pero expectante. Si las cosas siguen funcionando así, podremos dar ese paso», insistió Casado, en un momento que calificó de «complejo» y reconociendo que «no» se siente «cómoda» como profesional sanitaria anunciando el paso con una semana de antelación. «Son demasiados días», con un virus de comportamiento impredecible. Sí asumió que «psicológicamente muchas personas necesitan saber en qué fecha lo podemos hacer».

Ahora es el momento, pero con una semana por delante «de extrema vigilancia» de los datos y «necesidad» del «compromiso de todos y cada uno de nosotros» y de las administraciones. «Si todos cumplimos nuestros compromisos, probablemente, lleguemos al 25 con la desescalada en fase 1», señaló la consejera, quien apuntó que desde el punto de vista sanitario «lo tenemos controlado». El epidemiológico depende de evitar su propagación. Entre el domingo y ayer contactó con los alcaldes de las grandes ciudades y presidentes de diputación para pedir su implicación expresa en el control de las medidas de higiene, desinfección y evitar concentraciones de gentes. Y encontró buena disposición.

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