Coronavirus

La desescalada empieza a enturbiar ya el aire que limpió la cuarentena

La contaminación bajó hasta un 80 por ciento en algunas ciudades y ahora está a la mitad que antes del Covid

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Tráfico ayer en la autovía que une Palencia y Valladolid F. HERAS

M. GAJATE

La rutina se congeló en seco el 14 de marzo con el decreto del estado de alarma en España para frenar la propagación del coronavirus y con ella se pararon los coches, las fábricas, las calderas de miles oficinas... Un apagón que tuvo sus consecuencias en el aire que esperaba fuera, en la calle, sin ser respirado, mientras todos se confinaban en casa. La contaminación tuvo un respiro en estos meses, pero la vuelta paulatina al normalidad ya ha comenzado a enturbiarlo. Con la actividad todavía a medio gas, siguen sin recuperarse, no obstante, las cifras de aquella primera quincena de marzo anterior a que el Covid impusiera sus reglas y en la que la sociedad aún no se había resguardado en de ese villano invisible que ha segado la vida de miles de personas en Castilla y León.

El contaminante en el que más se ha notado un proceso de limpieza ha sido el NO2 (dióxido de nitrógeno). Procedente en buena parte del tráfico, su reducción ha sido la más «significativa», explican desde el Servicio de Prevención Ambiental y Cambio Climático de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Ya en la primera quincena bajó entre un cuatro y un 54 por ciento en función de la zona y continuó en descenso, hasta comenzar la desescalada, cuando ya en algunos puntos de la comunidad esa diferencia comenzó a menguar, sobre todo en las estaciones de medición de las ciudades.

Del norte de África

Salamanca, Burgos y Valladolid son en las que más visible se ha hecho el cambio. Llegó a bajar hasta un ochenta por ciento en la segunda quincena de abril. Con el inicio de la fase 1 la distancia se acortó a un sesenta por ciento y actualmente, en términos generales, los niveles están en la Comunidad en torno a la mitad que en tiempos precovid y en un contexto de menor tráfico, una alta proporción aún de teletrabajo y varias factorías lejos todavía del pleno rendimiento.

Existen otros contaminantes en los que la acción del hombre es muy visible, pero que, sin embargo, no han manifestado la misma evolución por la intervención de otras variantes. Se trata de las partículas PM10, que aumentan en suspensión en el aire sobre todo de las ciudades motivadas por el tráfico, otros procesos de combustión (calefacción de edificios y viviendas), emisiones industriales y la construcción. Pese al parón de la Comunidad durante el estado de alarma «no se aprecia tanto la reducción motivada en que en este periodo de tiempo ha habido intrusiones de polvo del norte de África que alteran esta evolución», explican desde la Consejería de Medio Ambiente, que hace justo una semana daba luz verde a la Estrategia de Mejora de la Calidad del Aire en Castilla y León 2020-2030 , con medidas que implican a todos los sectores, especialmente al transporte, la industria y la agricultura y ganadería.

Nueva estrategia para la calidad del aire

La nueva estrategia marca los objetivos a seguir para la procurar el aire más limpio, combatiendo a los distintos contaminantes. De algunos de ellos, las causas están localizadas, pero en otros casos la batalla se antoja más complicada. Es lo que ocurre con el ozono, que no se manifiesta necesariamente allá donde se genera y en el que un pico de temperaturas puede hacer que suban los niveles incluso en plena cuarentena. Así ocurrió.

No era la época del año en la que este contaminante tiene una «incidencia especial» y durante el confinamiento «no se han apreciado descensos en su evolución más allá de las variaciones habituales». Sin embargo, los días en los que las temperaturas y la radiación solar fueron más elevadas subió, aunque sin que se apreciaran niveles por encima del valor de referencia legal. En lo que va de año no se ha llegado a superar en ningún caso. Sí ha ocurrido con el resto de contaminantes, especialmente en capitales y entornos de centrales térmicas e industrias. Todo ello, de acuerdo a los umbrales que estaban vigentes. A partir de ahora con la nueva estrategia serán más exigentes, estableciéndose los límites recomendados por la OMS.

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