Correyero, ganadora del Premio Gil de Biedma 2021: «Escribir en castellano es lo más moderno y radical que se puede hacer»
El poeta sevillano Diego Vaya recoge el accésit de la Diputación de Segovia por su obra ‘Pulso Solar’
La ganadora del XXXI Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma, la cacereña Isla Correyero, por el poemario ‘Japonesas’, ha afirmado este viernes que «escribir en castellano es lo más moderno y radical que se puede hacer», y que cuando oye mascullar en inglés «veo que se les está subiendo a cabeza las imitaciones».
Por su parte, el poeta sevillano Diego Vaya ha recogido el accésit de la Diputación por ‘Pulso Solar’.
Correyero ha argumentado que algunos filólogos dicen que todo el planeta acabará hablando en inglés. «Dios mío no lo quieras», ha sostenido porque «no puede soportar esa humillación voluntaria». La escritora subraya que ‘Japonesas’ es «una voluntaria involución versicular para reclamar el español para hablar y escribir», con la dignidad de «quien no tiene nada que temer». Además reclama a los artistas que sean «seres incurables en su idioma» y remarca que «los libros son el resultado de mi vida y mi vida el resultado de mi lengua».
Isla Correyero (Miajadas, Cáceres, 1957), seudónimo de Esperanza Correyero Rodríguez, habla en ‘Japonesas’ de dos jóvenes, casi adolescentes, que viven una historia de amor, que «se entregan la una a al otra, darse la vida y cuidarse en la muerte», según ha destacado, tras recibir el galardón dotado económicamente con 10.000 euros.
La escritora confiesa que cuando le comunicaron ser la ganadora de la XXXI edición del ‘Gil de Biedma’ dice «cinco veces, soy feliz y hoy tengo otro corazón», porque «tal y como están las cosas en la literatura se impone aprender a esperar y esperando, cambiamos» . En cuanto a la felicidad, ha recitado unas palabras de Abderramán III para después reflexionar que la «verdadera y auténtica felicidad se escapa veloz y solo puedo sumar un día más a esos 14 días que la vida me ha otorgado».
Correyero desgrana que con este libro, al igual que con los anteriores, a sume «incertidumbre, riesgo, confesión, juego, la frustración, lo fantasmal y el orgullo por lo no dicho antes». Además defiende haberlo expresado en endecásilabos, ahora que todo el mundo utiliza el verso libre, y haberlo fundido todo en haikus japoneses pero sin que fuera estrictamente sobre la serena lucidez de la naturaleza sino tocar más cosas.
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