Coronavirus / En primera línea
«Hasta ahora la labor del personal de las residencias no se visibilizaba»
El trabajo del personal de las residencias de mayores ha cambiado y se ha multiplicado debido a las medidas preventivas, pero «en estos momentos de crisis tenemos que arrimar todos el hombro», explica la trabajadora social del centro Valle de Tobalina de Burgos, Joana Gil
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Son muy «conscientes» de la «responsabilidad» que conlleva el trabajar de cerca con el colectivo más vulnerable al coronavirus y por eso se esfuerzan al máximo por aplicar todas las medidas de seguridad de una «forma rigurosa» para evitar que el Covid-19 entre en la residencia de la tercera edad Valle de Tobalina, en Quintana Martín Galíndez (Burgos) . Por ahora lo han conseguido, pero la batalla continúa.
El trabajo del personal ha cambiado y se ha multiplicado debido a las medidas preventivas, pero «en estos momentos de crisis tenemos que arrimar todos el hombro», explica la trabajadora social del centro, Joana Gil, que asegura, además, que en su residencia tienen «la suerte de que todo el personal está colaborando en la medida de sus posibilidades».
Ningún usuario puede salir del centro, salvo casos de «extrema necesidad». Esas son las normas para todas las residencias y para paliar la tristeza que esta situación «complicada» puede generar en los mayores, los trabajadores trasladan a los usuarios mensajes, fotos o vídeos o hacen videollamadas con sus allegados.
Cambio de rutinas y de espacios
Las rutinas han cambiado para el personal -trabajan con mascarillas y guantes y esterilizan su uniforme tras cada turno- y para los residentes. Las zonas comunes permanecen clausuradas y «lo que era la cafetería se ha transformado en comedor para que se mantengan las distancias de seguridad», pero aún así luchan por mantenerles activos con gimnasia y terapia ocupacional.
«Creo que hasta ahora nuestra labor no se visibilizaba», asegura Gil, quien opina que, incluso, su trabajo se ha visto «echado por tierra» en un primer momento. «Con el paso de los días nos sentimos más arropados por las instituciones y, en especial, por las familias», expresa, antes de asegurar que cuando todo pase «habrá que comenzar a valorar todo lo que rodea a este colectivo».
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