«La gente es muy agradecida, pero es desolador ver todavía a algunos por la calle»

Haber tenido que cerrar su restaurante y no poder salir a correr por su sierra de Guadarrama no significa que Luis Alonso Marcos esté parado. De hecho, su jornada es intensa como voluntario de Protección Civil del Real Sitio de San Ildefonso . A primera hora, reunión para decidir quién cuántos de los 12 voluntarios se activan ese día. Él sabe que martes y jueves le tocan labores de desinfección. Principales calles, comercios, fábricas, las dos residencias de ancianos... están entre los lugares sobre los que actúan para intentar contener la propagación del Covid-19, además de ayudar con la compra, recoger recetas... entre muestras de «muchísimo agradecimiento». Por la tarde, transporta el material y las batas y mascarillas del «batallón de costura», y con el equipo de Protección Civil recorren las calles, felicitan cumpleaños a los niños e incluso a sus padres les sorprendió con un vals en su 48 aniversario. «Te están esperando, te tan las gracias y todo eso hace que tengamos más fuerzas», asegura.

Y a este corredor de fondo, aunque le «cuesta mucho» hacerlo en interior, no le falta tiempo para entrenar. Eso sí, en casa, escaleras arriba y abajo, rodillo... Por eso afirma con resignación que es «un poco desolador» encontrarse aún a gente salir a la calle con «excusas», «paseando al perro a cuatro kilómetros» y que hasta el «tercer fin de semana» de confinamiento no se ha notado realmente la bajada de afluencia de visitantes.

«Pido que, por favor, sean prudentes, que intentemos todos remar juntos, para cuanto antes acabar con este bicho que nos está matando», reclama Luis Alonso, que en la ambulancia del grupo de Protección Civil también han tenido que trasladar -siempre provistos de material de protección que, asegura, «nunca» les ha faltado- a pacientes con Covid-19 ante la «saturación» de las de Segovia.