Coronavirus / Héroes anónimos
«Hay que mantener la humanidad detrás de las gafas y la mascarilla»
El médico de Urgencias Raúl López Izquierdo trabaja en «primera línea» en el Hospital Río Hortega de Valladolid, donde considera que «estamos preparados para asumir el reto» y agradece las muestras de cariño de la sociedad
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Acaba de salir de una guardia de 12 horas, más tres de coordinación, pero no sale de su boca ni una queja. Tampoco transmite miedo o confusión sino confianza en que el sistema sanitario podrá responder.
-¿Qué siente cuando ve las muestras de cariño de los ciudadanos?
-Es emocionante ver cómo la gente responde. El domingo, en el momento en el que salió el portavoz de la Junta para pedir material de protección, la gente se presentó en el hospital con bolsas de mascarillas, cajas... Esto está empezando y los sanitarios valoramos mucho las muestras de apoyo.
-¿Cómo se organiza el día a día en el servicio de urgencias?
-Se ha tenido que hacer un cambio de toda la organización del sistema. Desde hace unos días tenemos dos circuitos de pacientes. En el primero vemos enfermos sin sospecha de que tengan el Covid-19, es decir, personas que van a urgencias con síntomas que no tienen nada que ver con el virus, porque la gente es normal que siga acudiendo a urgencias. A estos se les atiende en el circuito «no covid». Pero también llegan personas que vienen con síntomas que podrían ser derivados de la enfermedad. Estos pasan al circuito «Covid», totalmente diferenciado y estanco que impide contagios tanto entre los enfermos como entre los sanitarios. Es muy importante que exista esa diferencia.
-¿Cuál es la respuesta de los pacientes que acuden al hospital?
-Los pacientes se están portando fenomenal. La gente entiende perfectamente que pueda haber algún tiempo de espera. Hay que tener en cuenta que cuando una persona llega con una sospecha de coronavirus, pasa a una zona en la que le reciben sanitarios completamente protegidos y el familiar se queda fuera. No puede entrar. Hemos creado una figura específica para informar a los familiares y para recabar de ellos información. Se está entendiendo, aceptando y comprendiendo perfectamente la situación. La gente agradece la atención que recibe.
-Asusta un poco verles con esos equipos de protección.
-Tenemos que empezar a acostumbrarnos a ver a sanitarios con la indumentaria que veíamos hace semanas en las imágenes que nos llegaban de China. Eso asusta mucho, así que hay que mantener la humanidad aunque estés detrás de unas gafas y una mascarilla con las que el paciente es difícil que te ponga cara. La gente sufre y hay que estar con ella.
-¿Tiene miedo a contraer la enfermedad?
-No. En urgencias somos conscientes de que estamos en primera línea por lo cual ponemos todas las medidas de protección, incluido el famoso EPI (Equipo de Protección Individual) y a pesar de ello me puedo contagiar. Personalmente no tengo miedo, no me preocupa y tampoco lo pienso mucho.
-Han creado cierta inquietud las carpas instaladas junto al hospital.
-Desde el lunes ha habido una escalada de medidas porque se veía que la gravedad de la situación iba en aumento. Lo que se creía que era una gripe ha llegado a algo mucho más serio. Estamos tensos y expectantes pero el hecho de colocar las carpas no debe generar alarma porque es para proteger a la población. Ojalá estén puestas dos meses y yo no tenga que ir a la carpa para clasificar pacientes, que es para lo que servirán. Es mejor estar preparados.
-¿Qué mensaje trasladaría a los ciudadanos?
-Sobre todo, no salir de casa. Esta es una epidemia que ha llegado y hay que mantener la calma, evitar el contagio y, para ello, las relaciones sociales. Llegará un momento en el que la infección irá remitiendo y mientras tanto el sistema sanitario esta preparado para asumir este reto. Ya hay en los hospitales planes de contingencia con las medidas pertinentes. Estamos expectantes.
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