Confinamiento en León y Palencia

Hartazgo en la hostelería ante las nuevas medidas restrictivas: «Esto no hay quien lo soporte»

El sector asume con resignación las restricciones que consideran «un nuevo ataque» y vaticina «muchas pérdidas»

Una terraza ayer en León, que celebró San Froilán ICAL

M. A. / ABC.

Primero fue Madrid y a la capital de España se suman desde mañana otras dos grandes ciudades. León y Palencia permanecerán confinadas los próximos catorce días al cumplir con los requisitos del Ministerio de Sanidad para el aislamiento de los grandes núcleos de población en cuanto a incidencia acumulada, la ocupación de las UCI y los positivos en las pruebas PCR . Así, en la capital palentina, de unos 78.000, se han registrado 536 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días -el límite marcado por Sanidad está en 500-. mientras que en la leonesa, de alrededor de 125.000 habitantes y que en los últimos días se había acercado ya a las cifras tope establecidas, se han registrado en los últimos catorce días 510 casos. La decisión adoptada para León afecta también a la localidad de San Andrés del Rabanedo , la tercera en cuanto a número de habitantes en la provincia y muy próxima a la capital. Sus 30.600 vecinos también estarán confinados, según le comunicó ayer la Junta a la alcaldesa del municipio.

Las restricciones afectan fundamentalmente a la movilidad perimetral -no se puede entrar ni salir de los municipios salvo causas debidamente justificadas-, aforos y horarios, según detalló ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien hizo hincapié en que no se trata de un confinamiento en sentido estricto como el que se decretó en el mes de marzo, sino de «medidas restrictivas». En el caso de Palencia, las nuevas limitaciones se suman a las que ya se habían aplicado en las últimas dos semanas sobre los aforos y la agrupación de personas, pero que no han conseguido reducido el avance del virus de la forma deseable.

Dentro de las ciudades la movilidad estará permitida para sus habitantes, y entre las excepciones que permiten salir de sus límites se encuentran acudir al trabajo, a clase, a un centro sanitario o para el cuidado de menores, mayores o dependientes. Las reuniones, tanto de carácter familiar como de otro tipo y ya sean en ámbitos públicos o privados, quedan limitadas a un máximo de seis personas y en los establecimientos de hostelería el consumo en barra queda prohibido. Para bares y restaurantes la hora de cierre será a las 23,00, aunque no podrán admitir nuevos clientes a partir de una hora antes. Los parques infantiles deberán permanecer cerrados, una medida que en Palencia ya se producía.

Precisamente de la hostelería llegaron ya ayer las primeras reacciones a lo que consideran «un nuevo ataque» a un sector que está viviendo sus peores momentos. «Estas medidas son inútiles, no sirven para nada, nos sentimos constantemente atacados», afirmó a Efe el responsable de Hostelería Palencia, Félix San José, quien no ha dejado de recibir llamadas y whatssap de sus compañeros trasladándole la perplejidad, indignación e incertidumbre que en los últimos meses acompaña al sector.

En este sentido, San José ha lamentado que de nuevo se «criminalice» a la hostelería cuando los contagios se están dando principalmente en reuniones familiares y en locales privados, mientras la hostelería «se vuelca y cumple todas las medidas», muchas más exigentes y seguras de las que hay en las grandes superficies comerciales o en el transporte público , ha asegurado.

La «puntilla»

Por eso, después de dos semanas sin poder atender en barra y con restricciones de aforo, la hostelería palentina recibe estas nuevas medidas como «una puntilla» al sector que tiene que hacer frente a gastos e impuestos mientras ve constantemente reducidos sus ingresos.

«Muchos están pensando en cerrar estas dos semanas y otros definitivamente, porque esto no hay quien lo soporte», ha insistido San José.

La gerente de la Asociación de Hostelería de León, Paula Álvarez, puso voz a la queja compartida por los profesionales y empresarios del sector. «Son restricciones excesivamente duras, sobre todo en el control del horario. Entendemos que la situación sanitaria es conflictiva, pero ningún estudio muestra que los positivos estén vinculados a la hostelería».

La hostelería leonesa afrontará la situación como pueda «porque no queda otro remedio, pero vemos complicado que la gente cambie sus horarios» dice sobre la obligación de cerrar a las once de la noche y no admitir más clientes desde las diez. No obstante, vaticinó «muchísimas pérdidas». A las restricciones, destaca, se añade la bajada de temperaturas, lo que, prohibido el uso de la barra en los bares, perjudica la utilización de las terrazas -que este mediodía el sol mantenía bastante concurridas-. En septiembre, detalla, ya se registró una bajada de ingresos en alojamientos y en consumo y las medidas que ahora entran en vigor hacen perder «dos horas de los vinos y las cenas suelen ser más tarde».

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