Religión

Confesor Go: a la caza del perdón

Una veintena de sacerdotes de Castilla y León ya se han sumado a la aplicación que permite localizar un cura en tiempo real y conocer su ubicación

Los sacerdotes Francisco Casas y Jesús Mateo, en el centro de Valladolid M. S.

MONTSE SERRADOR

«Hay que facilitar la oportunidad de acercarse a la misericordia de Dios». Ésta es la razón que llevó a Francisco Casas Delgado, párroco en la localidad vallisoletana de Villalón de Campos (aunque, en realidad, de él depende la atención espiritual de 14 municipios) a sumarse a Confesor Go , una aplicación basada en la geolocalización que permite a los católicos que la descarguen encontrar a aquellos sacerdotes más cercanos que estén disponibles para perdonar sus pecados. La App, que comenzó a funcionar oficialmente el 8 de diciembre y fue creada por el sacerdote valenciano Ricardo Latorre, no ha dejado de crecer hasta el punto de que esta semana se habían alcanzado las 24.000 descargas.

En Castilla y León, son ya 12 los sacerdotes que se han sumado a Confesor Go, a los que hay que sumar otros doce cuya solicitud se está tramitando. Así, en Ávila hay dos; en Burgos, tres pendientes de sumarse; en León, uno, y otros dos a la espera; en Palencia, dos ya en activo; Salamanca cuenta con tres sacerdotes ya asociados a Confesor Go y otros 2 aguardando; en Segovia, tres también pendientes; en Soria, uno ya operativo; en Valladolid, tres asociados y uno pendiente de tramitación, y en Zamora, uno en espera. Curiosamente, la mayoría de estos sacerdotes desarrolla su actividad en el mundo rural debido a que son precisamente los más jóvenes los que se van incorporando a los pueblos y, además, están más predispuestos a utilizar todas las posibilidades que las nuevas tecnologías permiten. No obstante, siempre hay excepciones, como es el caso de Jesús Mateo, responsable de la Parroquia de Nuestra Señora de San Lorenzo, en pleno centro de Valladolid, a quien, a pesar de sus 80 años, no hay avance que se le resista en su obsesión por estar a pie de calle. «Pienso que todos los instrumentos nuevos son buenos si se saben aplicar», señala, y, en el caso de Confesor Go, se trata, además, «de uno de los temas que más me toca porque hoy creo que es necesario potenciar las confesiones». «Es lo que más me ha movido», insiste, porque «desde hace años, echo en falta formación de las conciencias».

Francisco Casas es, además, colaborador notario , ya que tiene la función de garantizar la condición de sacerdotes de quienes quieren sumarse a la aplicación cuyo único fin, según sus palabras, es «mostrarse dispuestos para este sacramento del amor de Dios». No es el único «notario». En Castilla y León también hay curas con esta condición, en El Arenal (Ávila), en Aranda de Duero (Burgos); en San Salvador de Cantamuda (Palencia), y en la capital soriana.

Mediante Confesor Go, los dos sacerdotes confían en poder contrarrestar «esas críticas feroces de que las confesiones son algo antiguo e, incluso, sectario y en las que se ridiculiza el pecado» cuando, a su juicio, «es tan antiguo como cualquier otra cosa pero sigue estando presente y, sobre todo, siendo necesaria», concluye Francisco.

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