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«El ciclista utópico»: el Calderón pone el escena el primer texto con su sello
Yayo Cáceres dirige este montaje que propone una reflexión «con mucha mala leche» de la amistad

Manuel, un maestro rural que vive feliz con su mujer y sus tres hijas, se ve un día involucrado en un accidente con un ciclista, Acebal. un hombre rústico, reaccionario, exaltado y aparentemente ingenuo. El casual siniestro hace que surja entre ambos personajes un vínculo tenaz y a la vez sumamente destructivo. Éste es el punto de partida de «El ciclista utópico», un montaje cuyo director, Yayo Cáceres, «alma mater» de Ron Lalá, define como un montaje «políticamente incorrecto», en la medida en que «hace una interesante reflexión y con mucha mala baba de la amistad». «El ciclista utópico» llegó a Yayo Cáceres de la mano de José María Viteri, director artístico del Calderón de Valladolid, cuando éste comenzó a mover el primer texto con sello propio del teatro vallisoletano, que para celebrar su 150 aniversario impulsó en 2014 un Premio de Literatura Dramática . El galardón recayó en el dramaturgo Alberto de Casso, ganador de otros prestigiosos premios como el Lope de Vega auspiciado desde el Teatro Español.
«Líneas rojas»
Durante la presentación del montaje, que estrenará este viernes el Calderón , De Passo explicó que sólo puso «dos líneas rojas» en la adaptación del texto a la escena: el mantenimiento de los espacios y la estructura de la narración y el final, que consideró que debía ser «intocable», pese a que era consciente de que era una tarea «difícil». A pesar de estas dos condiciones, Yayo Cáceres relató que el autor había sido muy «generoso» y el proceso de trabajo con él fue «intachable».
Dos actores con gran empatía
Viteri explicó que para dar vida a los dos personajes de «El ciclista utópico» se buscó a dos actores que además de tener entre ellos una gran empatía, pudieran mantener el peso de la obra a lo largo de las dos horas y media que dura. Así, los encargados de dar vida a Acebal y Manuel son el televisivo Fernando Soto y el intérprete malagueño Fran Perea, que se ha implicado también en la producción del montaje a través de FeelGood Teatro. El actor, quien consideró «un regalo» haber podido participar en el proyecto, agradeció que se apueste por premios como éste: «Es una suerte para nuestra profesión».
Por su parte, Yayo Cáceres destacó la conexión que se produjo entre el autor, los productores, los actores y él mismo -junto a Fran Perea ha sido también el encargado de la música- para crear una atmósfera basada en una «simbiosis extraña» entre los dos personajes, que puede llevar al espectador a preguntarse internamente de qué se está riendo. Al respecto, De Casso explicó que le apeteció escribir una comedia, pero que él no entiende «el humor amable», así que espera que «el público vallisoletano tenga la suficiente crueldad y mala baba para reírse». Tras Valladolid, el espectáculo viajará a Málaga, aunque hasta el próximo otoño no arrancará en gira.
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