La ceramista de Valladolid que hace las vajillas de los mejores chefs

Los restaurantes Trigo (Valladolid), Mugaritz (Guipuzcoa) o Kabuki (Madrid) son algunos de los establecimientos que emplatan sus creaciones con la cerámica de Monona Álvarez

Monona Álvarez, en su taller

H. D.

Con 16 años se enamoró del barro en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid: «El sonido, el material... fue como un flechazo», confiesa la ceramista Monona Álvarez, uno de las artesanas vallisoletanas con más de 40 años de oficio. Hoy, esta ceramista realiza vajillas para los mejores chefs de España, restaurantes con Estrellas Michelin como Trigo (Valladolid) , Mugaritz (Guipuzcoa) o Kabuki Wellington (Madrid) y es una de las protagonistas de la campaña «Artesanía CyL-Patrimonio Vivo», que quiere poner en valor un sector formado por más de 400 empresas en Castilla y León, asentado fundamentalmente en el medio rural.

Monona tiene su taller en el municipio vallisoletano de Tudela de Duero, pero consolidó su oficio en Arrabal de Portillo, un pueblo eminentemente alfarero en los años 40 y 50, en el que la mayor parte de los artesanos eran hombres que vivían fundamentalmente de elaborar jarras de vinos y potes para los hogares y también establecimientos.

Monona distingue entre alfareros y cerramistas. Sitúa entre los primeros a los artesanos que «desde muy antiguo» y de manera más «tradicional» realizan piezas con el barro del lugar, en el caso de la provincia de Valladolid, con el barrujo de los pinares. En cambio, el ceramista «llega con la mente más abierta». Ella dice que está a camino entre unos y otros y con esa mezcla está «encantada».

Hace tiempo que dejó de ir a ferias de manera regular y ahora se dedica a la cerámica «fundamentalmente utilitaria». Entre sus principales clientes dice que se encuentran sobre todo bodegas de la provincia de León y restaurantes con Estrellas Michelin que quieren distinguirse por la vajilla.

Una de sus creaciones

Confiesa sentir cierta envidia por el concepto de la cerámica que tienen en todo Oriente, donde «se valora mucho más» la singularidad de cada pieza, cosa que es más difícil en aquellos lugares donde está más asentada la industrialización a la que ha arrastrado la modernidad. No obstante, pese a la «globalización» en la que estamos, Monona cree que «hay espacio» para la singularidad: «¡A cada uno le gusta su zapato!», pero hay que saber valorarlo, en su opinión.

Ella todos los días se enfrenta al torno con la misma ilusión que tenía en su juventud cuando entró en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, confiesa: «Cada hornada es un mundo. Estoy deseando ver lo que voy a hacer».

Monona Álvarez es la protagonista de la segunda entrega de la Videoteca Artesanal de Castilla y León , que se puso en marcha la pasada semana para divulgar las actividades más pujantes en este sector que genera más de 6.000 empleos directos en esta comunidad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación