Arte
Cela, Picasso y Miró, un trío que derivó en una «sublime creatividad expresiva»
Una muestra recuerda en Valladolid la faceta «más desconocida» del Premio Nobel, su relación con el arte, iniciada a raíz de la fundación del publicación Papeles de Son Armadans
La revista «Papeles de Son Armadans» nació en 1956 fruto del empeño de Camilo José Cela, obstinado en alumbrar a toda una nueva generación de autores, muchos de ellos en el exilio que publicaron en sus lenguas vernáculas, y dar lustre a las vanguardias artísticas. Por ella pasaron, entre otros artistas, Joan Miró, Pablo Picasso, Antoni Tàpies o algunos miembros del grupo El Paso como Manuel Viola, que entablaron una gran amistad con el Premio Nobel, y que juntos encumbraron una publicación que parecía estar «condenada al fracaso», recordó ayer el hijo del escritor, Camilo José Cela Conde, pero que se convirtió en «testimonio de la vanguardia artística y literaria de la época». Para el también profesor, esa amistad que mantuvieron los artistas de la época con su padre derivó en «una sublime creatividad explosiva» y en lo que hoy se podría considerar «historia del arte».
La exposición «Cela: literatura y arte. La pintura a través de Papeles de Son Armadans» revela ahora en Valladolid (Sala Municipal de Las Francesas) los entresijos de esta publicación que tuvo 276 números mensuales a través de ilustraciones, dibujos, correspondencia, manuscritos relacionados con ella.
Para María Toral, la comisaria de esta muestra, que recala en Valladolid tras pasar por Madrid, revela la faceta «más desconocida» del escritor. Ella se ha encargado de la selección de documentos y aunque reconoció que faltan muchos de los artistas que colaboraron con «Papeles de Son Armadans», lo que ha tratado es de dar unidad al conjunto de los expuesto hilándolo a través de la «'trilogía' Picasso, Miró y El Paso y su relación con Cela».
Así, junto al busto que Pablo Serrano dedicó a Cela y a los retratos que John Ulbricht dedicó al autor y a la entonces su mujer Charo, la exhibición reúne dibujos inéditos infantiles de Picasso, los números monográficos dedicados a éste y otros artistas como Miró y algunas curiosidades, como el falso Chagall pintado en realidad por Manuel Viola y que Cela pidió, a través de un conocido, que certificase como original el propio artista francés, quien malhumorado escribió sobre la copia. La exhibición se puede ver hasta el 9 de julio.
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