El camino de la abstracción de Esteban Vicente, a través de sus «obras maestras»
El Patio Herreriano reúne 73 obras del artista de Turégano, referente del expresionismo abstracto norteamericano, en «la más importante colaboración» entre los museos segoviano y vallisoletano
![El Patio Herreriano acoge la exposición «Siento, luego pinto», con 73 obras de Esteban Vicente](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2019/03/12/esteban-vicente2-U301101579224J8G--1248x698@abc.jpg)
La colección del Museo Esteban Vicente celebra su «puesta de largo» como Bien de Interés Cultural -hace escasos días que la Junta aprobó su declaración- con uno de sus mayores desembarcos en otro museo, en esta ocasión el «vecino» Patio Herreriano, que desde ayer reúne un total de 73 obras custodiadas en el museo segoviano.
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Se trata prácticamente de la mitad de la colección, por lo que ayer el presidente del Consorcio Museo Esteban Vicente y también de la Diputación de Segovia, Francisco Vázquez, se refirió a esta exhibición como «la más importante colaboración» con el museo vallisoletano, con el que ya ha establecido relaciones hasta en seis ocasiones -en la actualidad dos obras del Herreriano se encuentran en la exposición «Guerrero/Vicente» que acoge el museo de la ciudad del acueducto».
«Siento, luego pinto»
La exhibición, que se extiende a lo largo de tres salas del museo, además de pintura, reúne dibujos, collages y esculturas de pequeño formato. «Para él estos conceptos en realidad eran lo mismo», señaló al respecto Doldán, quien explicó que el nombre de la exposición, «Siento, luego pinto» alude precisamente a uno de los comentarios que alguna vez realizó el propio creador de Turégano: «Él decía que pintar no era pensar sino sentir».
![Una de las pequeñas esculturas del artista Esteban Vicente que se pueden ver en el Patio Herreriano](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2019/03/12/esteban-vicente1-kSlH--510x349@abc.jpg)
Dos composiciones «más abigarradas» de sus primeros años reconocido como miembro del expresionismo abstracto norteamericano, a finales de la década de los 40 y principios de los 50, saludan al visitante antes de entrar en la sala 4, dedicada a la pintura. A partir de ellas y en los sucesivos óleos se va descubriendo cómo el color se convierte en un elemento compositivo y estructurador de obra de arte, al mismo tiempo que recurre a él para captar la luz, detalló la comisaria. Ese «binomio luz-color» se convirtió en su «obsesión» a partir de los 70 hasta tal punto de dejar el pincel o el brochazo para recurrir al aerógrafo con la que podía «pulverizar el color para atrapar la luz».
Las obras reunidas se detienen en los años noventa, cuando el artista cambia de escala -son obras más grandes- y la paleta de colores se multiplica, algo que ya se comienza a percibir en sus pinturas de una década antes cuando empiezan a aparecer también en sus obras formas orgánicas.
También collage, escultura y dibujo
El mismo periodo creativo es abordado también en las salas 3 y 5 del museo desde el collage y los dibujos. Recordó la comisaria de la exposición que Esteban Vicente se inició en el arte del collage casi de manera «fortuita» siendo profesor de la Universidad de California: «Lejos de su estudio y herramientas para pintar comenzó a realizar composiciones a partir de las revistas y papeles de Bellas Artes que tenía a su alcance». Explicó también Doldán que para el que fuera Premio de las Artes de Castilla y León 1997 y uno de los máximos exponentes del expresionismo abstracto americano, «el collage era hacer una pintura con un material distinto». De hecho, indicó, le sirvió para iniciarse en el proceso de la abstracción. En estas composiciones, al igual que ocurre con la pintura, se observa la evolución del artista desde composiciones más abigarradas, a base de cuadrados y rectángulos donde dominan los colores grises y ocres, a otras más coloristas donde las pinceladas se van superponiendo hasta crear una realidad casi tridimensional. Sus dibujos, una técnica a la que el artista concedió tanto empaque como al resto -«siempre fue consciente de su importancia como disciplina independiente»-, cierran una muestra en la que según detalló también Doldán, laten las que fueran preocupaciones del creador a lo largo de toda su trayectoria: la belleza, la intimidad y el orden: «Él decía: ‘mis pinturas son paisajes interiores, las veo con el corazón y no con los ojos’».