Javier Hontoria: «Quiero que seamos conscientes del mundo en el que estamos a través del arte»
El nuevo director del Museo Patio Herreriano pretende crear un programa expositivo en el que la ciudad se pueda reflejar y crear pensamiento crítico
El crítico y comisario Javier Hontoria tomó posesión como nuevo director del Museo Patio Herreriano de Valladolid esta semana. Dice que fue su «potencial» y «soberbia colección» lo que le llevó a presentar un proyecto con el que quiere fomentar el «pensamiento crítico» y tender puentes con otros espacios museísticos europeos.
-Ha mostrado el deseo de proyectar un museo alejado de lo comercial, ¿es compatible con la atracción de visitantes?
-No es para nada incompatible. Tengo la impresión de que lo comercial homogeiniza mucho y difumina los matices. Lo que yo que quiero es que fortalezcamos nuestra singularidad, lo que nos define y nos diferencia. No quiero que seamos como todos. Quiero que se defina lo que nos da calidad, pero eso no tiene nada que ver con ahuyentar las audiencias, ni mucho menos.
-Crítico y comisario de exposiciones, nunca ha tenido como tarea la gestión de un museo de estas características. ¿Qué le llevó a presentar su candidatura?
-Precisamente el potencial tan grande del museo. Me parece que el Patio Herreriano tiene potencial para ser uno de los grandes museos de España. Tiene una colección soberbia, unos espacios magníficos... Tiene a Ángel Ferrant, que es un artista que me interesa mucho. Quiero hacer un proyecto que pueda unir la colección, las exposiciones y los programas públicos para sacar el mayor provecho que tiene el museo.
-¿Ha podido conversar ya con el presidente de la Colección Arte Contemporáneo, José Lladó?
-Aún no, tenemos que sentarnos.
-En la recta final de su candidatura se impuso a cinco mujeres. En estos tiempos que corren hasta le podrían sacar punta a esto.
-Sí, se le podría sacar punta, pero Valladolid ya había hecho los deberes en este sentido. Yo soy el cuarto director y el primer hombre, lo que es muy significativo, y en el jurado había muchísimas más mujeres que hombres.
-Ecologismo, nuevas psicologías, nuevos ruralismos... Son algunas temáticas que le gustaría tocar. ¿Encontrarán su público en Valladolid?
-En Valladolid hay público para todo. No tengo duda. Estoy acostumbrado a ser consciente de para quién escribo, para quién hago exposiciones. Mi audiencia está en el punto de mira y es la clave absoluta. Voy a trabajar por que haya un entendimiento.
-En el proyecto apuntaba que el Patio Herreriano debería equipararse a otros museos como el Moderna Museet de Estocolmo. ¿Qué tienen estos centros que podría copiar?
-He tenido la oportunidad de conocer muchos museos y hay muchísimas instituciones europeas con las que se podría equiparar a este museo por varias razones: por la colección, las características de sus espacios, la escala de la ciudad en la que está. Me parece interesante que se puedan tender puentes entre diferentes museos de otras ciudades europeas. Las sinergias pueden ser muy interesantes para dar a conocer esta colección.
«Sería interesante que el museo pudiera ir adquiriendo obra que complementara a la Colección»
-¿Cree, entonces, que la Colección Arte Contemporáneo ha sido infrautilizada?
-Tampoco tengo demasiados términos para juzgar el trabajo realizado hasta ahora. Buscaremos nuevas formas de mostrarla porque realmente se trata de un elemento fundamental.
-Habla también en el proyecto de conectar con el Museo Nacional de Escultura.
- Básicamente es mi interés por la escultura. He trabajado mucho con ella y me parece un instrumento muy interesante para mitigar un poco todo el poder de lo líquido.
- Hubo un tiempo en que los artistas locales criticaron la falta de conexión del Herreriano con el tejido cultural de la ciudad. Ahora tienen una sala reservada y unas becas. ¿Se puede hacer más en este sentido?
- Siempre se puede trabajar más. Estaremos muy pendientes de la evolución del arte local. Quiero estar muy presente en la ciudad y bajar a la calle a ver los estudios y los artistas, que es lo que me apasiona a mí realmente y para lo que me he formado. Es una cosa que no voy a abandonar.
- ¿Es partidario de que el museo tenga un espacio fijo dedicado a la fotografía como lo tiene desde que el Ayuntamiento cerró la Sala Municipal de San Benito?
- Todavía no nos hemos sentado a hablar sobre muchas cosas, pero en principio no soy excluyente de nada. No obstante, ahora ya no hablamos de escultores, pintores, fotógrafos… Son artistas. A mí me va a ser muy difícil definir a los artistas con los que quiero trabajar en el museo como autores de obras de disciplinas muy concretas, muy rígidas. Quiero que sea una cosa muy orgánica.
- ¿Debe seguir siendo el museo gratuito?
- Pues, en principio, sí.
- ¿Considera un perjuicio que el museo no cuente con una colección propia?
- Pues sería interesante que el museo pudiera ir adquiriendo obra que complementara a la Colección. Es una cosa sobre la que nos podemos sentar a hablar. Todo lo que sea fortalecer su identidad siempre es bueno.
«No me obsesionan los visitantes»
-El museo cuenta actualmente con poco más de un millón de euros anuales. ¿Suficiente?
-Todos los museos de arte contemporáneo han sufrido una merma importante de sus presupuestos. Hay que buscar otros recursos, ser muy creativo y tratar de sumar a nuestro proyecto el mayor número de agentes posible. El sector privado es indispensable, tiene que ser éste el que fortalezca lo público.
-El proceso para su selección no ha estado exento de reproches por parte de la oposición. ¿Habría que seguir por la senda de despolitizar los museos?
-Por supuesto. El museo debe tener plena autonomía. Por eso es una muy buena noticia para Valladolid que el director actual haya sido elegido por un código de buenas prácticas y un jurado con profesionales de calidad. En ese sentido, me siento muy legitimado, muy respaldado.
-El museo superó el año pasado los 100.000 visitantes. ¿Hasta qué punto le obsesionan las cifras?
-No me obsesionan. Esta es una cifra magnífica y si podemos, la superaremos.
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