Balonmano rural de elite

El «humilde» club de la localidad segoviana de Nava de la Asunción, con menos de 3.000 habitantes, asciende a Asobal

Plantilla y aficionados del Balonmano Nava celebran el ascenso a Asobal ABC

Isabel Jimeno

Imaginado, ideado, pensado... Y ahora hecho realidad. A veces, los sueños se cumplen . Y, sino, que se lo pregunten a l Viveros Herol Balonmano Nava, que este sábado ha certificado su ascenso a Asobal. El suyo no es un salto de categoría más. Es la prueba de que los «pequeños» también pueden. De que el trabajo y perseverancia terminan dando sus frutos, por más que allá por 1976, cuando unos intrépidos jóvenes decidieron adentrarse en este deporte, jamás lo imaginasen. Pero la próxima temporada será posible:el nombre del conjunto de Nava de la Asunción, un pueblo segoviano de menos de 3.000 habitantes , estará escrito en la elite del balonmano junto a bloques señeros como Barça, Atlético de Madrid, Ademar o Recoletas Valladolid.

A ellos se medirán tras haber certificado una «sobresaliente» campaña que ha permitido sellar su ascenso directo, tras quedarse el año pasado a las puertas en el último suspiro. Superado ese varapalo, lo han logrado. Horas después de que en el pabellón O Rosal (Pontevedra) estallasen de júbilo , los gritos y cánticos seguían acompañando el trayecto de los guerreros a los que La Nava recibió como héroes. Un millar de personas les esperaba con música e ilusión, junto al pilón, del que no se libraron .

La plantilla celebra la certificación de su ascenso tras el partido en el pabellón de O Rosal (Pontevedra) ABC

Hablar de Nava es hablar de balonmano. Una fusión que permite mantener la afición por este deporte en una tierra en la que son el único reducto. «Un club, un pueblo, una afición» . Es más que la letra de su himno. Es la realidad. Una localidad que «vive por y para» su club, destaca el entrenador, Dani Gordo, quien subraya que son unos «privilegiados» por ser los particulares Asterix y Obelix del balonmano en Segovia. Queridos, admirados y seguidos. Es también el «orgullo» que sienten, una «alegría inmensa» para un «grupo humano» en el que ha estado la clave de este éxito. «Y lo será también para el pueblo, la comarca y la provincia», augura Dani Gordo, quien valora la repercusión que este ascenso de los humildes y el mundo rural sirva para «contagiar a una comarca ahora que está tan de moda hablar de las zonas desfavorecidas y despobladas».

«Como una religión»

Lo de Nava es una historia peculiar. Este ascenso, tras 43 años de historia y un triple salto que les ha catapultado tres categorías arriba en diez años , es el fruto de una pasión por el balonmano que corre por las venas de los naveros. Lo llevan en la sangre. «Es como una religión», destaca su presidente, Julián Mateo. Un tiempo en el que muchos niños sueñan con ser Messi, Cristiano o Griezmann, en Nava de la Asunción la portería en la que se fijan no es la del fútbol, sino la del balonmano. «Cuando era pequeño, quería ser como los jugadores del equipo sénior» , y ahora él es el espejo en el que se miran los pequeños, apunta Carlos Villagrán, capitán y carpintero. Es un no de los cinco jugadores locales que forman parte de la plantilla del primer equipo, mezcla de profesionales, profesores... «Es un placer pasar por la plaza y verles jugar a penaltis contra la pared» , subraya Villagrán, aún sin ser «muy conscientes de lo conseguido».

Tiene 15 equipos de todas las categorías, pese a ser el único club de esta disciplina en Segovia

Por ahora, saborean el dulce momento, aunque con la vista puesta ya en la siguiente temporada, en la que el resto de equipos de Asobal deberán pasar por el pabellón municipal de Nava. Unas 1.200 localidades. Un club «humilde», sin deudas, un centenar de pequeños patrocinadores y 800 socios , consciente de que «aquí no tenemos multinacionales» que apuesten por ellos, pero firmemente decididos a que este sueño dure más de una temporada. Unos 250 jugadores en total gracias una filosofía del club basada en «no pagar por jugar» .

Cerca de un millar de personas recibió al Balonmano Nava a su llegada al pueblo ABC

Para asegurar una cantera sobre la que la baja natalidad hacía mella, hace unos años empezaron a extender las escuelas deportivas a otros pueblos. «De la cantidad sale la calidad», subraya Mateo, presidente y principal patrocinador. Sólo en autobús, para que los pequeños compitan, gastan cada año 40.000 euros. Así mantienen vivo en Nava ese «otro modo de vivir el deporte» que les ha catapultado a lo elite del balonmano.

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