HISTORIAS DEL COVID-19

Prudencia cumple 105 años después de superar el virus: «Me he quedado sin lana y no puedo hacer ganchillo»

Esta vecina del pueblo toledano de Camuñas, que reside en una vivienda junto con otros 7 ancianos, lanza un mensaje a los mayores: «Paciencia y resignación»

Coronavirus, ultima hora

Prudencia, con la tarta de manzana que le hizo la cocinera para festejar su cumpleaños

Esta funcionalidad es sólo para registrados

«¿Qué le cuento yo a este hombre?», pregunta Prudencia a Josefina, una de las tres auxiliares en la vivienda para mayores de Camuñas (Toledo) donde la persona más longeva del pueblo cumplió 105 años este martes.

La entrevista es por teléfono y Josefina activa el manos libre para que la conversación pueda fluir. «Estoy un poquito mal del oído, pero mi cabeza es muy bien», recalca Prudencia. «Nacida en el año 15, he cumplido 105 años», responde alto, claro y con énfasis. «Son muchos, ¿verdad? Te lo pregunto porque tú eres más joven que yo, ¿verdad?», dice a su interlocutor, 56 años menos, sabiendo que no va a equivocarse.

A Prudencia hay que tutearla. «A mí no me trates de usted», advierte antes de contar que ha logrado vencer al virus SARS-CoV-2 sin salir de la casa donde vive. «Estuvo bastante mal; no hablaba, no comía. ¡Pero ahora escúchala! El teléfono le cuesta, pero en persona habla como una carretilla», corrobora Josefina.

«Me encuentro muy bien. Hago mi cama y luego me siento para hacer ganchillo», se explica Prudencia. «Pero, como las tiendas están cerradas, no tengo lana para aguja corta y no puedo tejer desde hace casi dos meses», se lamenta la mujer, que se mueve con un andador. «He hecho muchas bufandas y mantas... me canso sin hacer nada, no me gusta estar mano sobre mano. Y haciendo punto no me aburro. Si supiera leer, lo haría, pero no sé». Por eso ahora deja pasar el tiempo mirando el paisaje, el campo.

Ya hace 16 años

Cuenta Prudencia que trabajó mucho en la agricultura, cogiendo aceitunas, vendimiando y podando las viñas. Uno de sus dos hermanos fue prisionero en el campo de concentración de Mauthausen cinco años; y ella se casó a los 33 con Ángel Salas, ya fallecido, aunque no tuvieron hijos.

No recuerda cuándo murió su marido, pero esta mujer vitalista no se olvida de que este viernes, «primero de mayo», cumplirá 16 años en la vivienda que comparte con 7 compañeros de piso: Victoria, la más joven, con 70; Epifanía, Tomasa, Segunda, Balbina y Ovidio, todos con más de 90.

Pero faltan Manolo, fallecido el 23 de marzo por coronavirus a los 92 años, y Julia, que se recupera del virus en una residencia medicalizada de Tomelloso. Solo Victoria, la más joven del grupo, no ha estado contagiada. «Fue complicado —recuerda Josefina— porque es una casa en la que algunas habitaciones son compartidas, pero enseguida se les protegió muchísimo».

Sus compañeros rodean a Prudencia, sentada junto a su andador

Prudencia celebró su cumpleaños este martes y recibió felicitaciones de «mucho personal, porque yo soy la mayor de Camuñas», un pueblo manchego de unos 1.800 habitantes. En la comida rebañó con el pan el plato de potaje, cuenta entre risas Josefina, y hasta se relamió con una porción de la tarta de manzana casera que les llevó la cocinera, Tibu.

«Aquí nos llevamos muy bien», afirma Prudencia sobre sus compañeros de vivienda, que depende de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Con una capacidad para 10 personas , dispone ahora de dos plazas libres. Para ocuparlas hay que estar empadronado en Castilla-La Mancha, ser mayor de 60 años y autosuficiente.

Las tres auxiliares que atienden este domicilio en Camuñas, una por turno, se encargan desde la limpieza hasta lavar y planchar la ropa de los mayores, o ayudarles a ducharse. También les preparaban la comida, pero la cocina está ahora ocupada por Tibu, que guisa para ellos y para casi una treintena de vecinos acogidos al programa de comida a domicilio que el Ayuntamiento puso en marcha hace dos años.

Por la noche, los ancianos se quedan solos, aunque disponen de teleasistencia y las auxiliares están pendientes del teléfono, que rota un mes por cada una de ellas. Pendientes de personas como Prudencia, que se despide con un anhelo: tener lana no muy gorda para seguir haciendo ganchillo con aguja corta, su pasión.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación