Los cuatro hombres absueltos por el secuestro ficticio de Santa Olalla denunciarán a la supuesta víctima por falso testimonio

«Mi cliente pasó más de dos años y medio en prisión por una patraña», dice el abogado de uno de los acusados, que están a la espera de que la sentencia sea firme

Los cuatro hombres absueltos, durante el juicio, celebrado en septiembre Manuel Moreno

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Quieren que Federico, la supuesta víctima de un secuestro en Santa Olalla que no existió según la Audiencia de Toledo, tenga su castigo. Los abogados de los cuatro hombres absueltos en esta causa están a la espera de que la sentencia sea firme para dar el siguiente paso: «Se iniciarán los trámites para la reclamación de todos los perjuicios que Federico ha ocasionado por su fábula».

Lo ha adelantado, en declaraciones a ABC, el letrado de Carlos, uno de los acusados en este procedimiento. Su abogado, César López, relata que su cliente estuvo más de dos años y medio en un centro penitenciario por una «patraña» . Carlos fue, de los cuatro, el que más tiempo estuvo en prisión preventiva: «Pasó el covid en una cárcel, no pudo ir al entierro de su abuela y fue de prisión en prisión por problemas internos debidos a la pandemia; no había un sitio donde tenerlo seguro por el covid». «En ese tiempo, este caso salió en medios de comunicación en los que se presentó a Federico como una pobre víctima a la que habían secuestrado. Sin embargo, por desgracia, pocos medios de comunicación se han hecho eco de la sentencia », lamenta César López.

«Este señor -por su cliente, Carlos- será lo que sea, pero no cometió el secuestro. Eran autores de un delito de tentativa de estafa, como dije en mi alegato final. Quisieron estafar a un señor y el principal autor fue su hijo, Federico», asevera el abogado. «En la Audiencia de Toledo -desvela- siempre me decían sobre mi defendido que lo mantenían en prisión porque existía riesgo de fuga, ya que no se presentó de manera voluntaria. Se pidió la libertad provisional, pero se lavaron las manos, y me tiene indignado» . Pero en este caso «ha habido el empeño de una fiscal, la que llevó la instrucción», agrega.

Un relato «absurdo y ridículo»

Al letrado le satisface sobre todo que el fallo judicial de la Audiencia toledana es meridianamente claro: «Federico mintió y su relato fue absurdo y ridículo. Fue, además, lo que dijimos todos los abogados de los acusados en el juicio. La historia que este señor contó no tenía ni pies ni cabeza », afirma César López. «Queda claro en la sentencia que, con la inestimable ayuda de la Guardia Civil, dicho con ironía, Federico creó esa patraña», continúa el abogado. «Los propios guardias civiles en el juicio reconocieron que le dijeron que sabían que habían sido fulano y mengano. Esto le dio pie a Federico a inventarse esta historia, cuando él mantenía en realidad la mentira de que habían sido unos negros quienes lo habían secuestrado en una furgoneta», incide el letrado.

A César López no le ha sorprendido la resolución del tribunal. «La esperaba. De hecho, hace mucho tiempo que veníamos manteniendo que había sido un atropello, una barbaridad, lo que se había hecho con los cuatro acusados. Y espero todavía que se haga más justicia, porque ha habido gente que se ha tirado más de dos años y medio en prisión preventiva por una denuncia de unos hechos totalmente falsos», justificó, en alusión a su cliente. « Estamos satisfechos, pero relativamente. Lo que nosotros solicitamos [al tribunal] fue que se dedujera testimonio a Federico y se le pudiera incoar un procedimiento penal por esa denuncia falsa y falso testimonio. Eso es lo que yo echo de menos en la sentencia», recalcó.

«Técnicamente, irrecurrible»

Para este letrado, la resolución judicial «es durísima contra Federico, contra su abogado y contra la Guardia Civil, pero se queda coja a la hora de no rematar. Cuando se demuestra que un señor ha mentido en un juicio de una forma tan grave y ha causado unos perjuicios tan enormes, se debe acabar tu trabajo. Como juez, debe hacer justicia». La sentencia «es, técnicamente, irrecurrible», opina César López, porque «está fundamentada en una valoración de prueba y esto en segunda instancia, por mi experiencia, es inamovible; y hablo en base a un criterio meramente jurídico». «Pero necesitamos que sea una sentencia firme y que con ella podamos dar a este hombre [Federico] lo que se merece» .

Van a pedir responsabilidad económica a Federico y también a la Administración de Justicia por daños y perjuicios, «aunque no hay dinero que pague a una persona inocente más de dos años y medio de prisión», se queja el letrado. «Pero que, desde luego, quede claro que este señor [Federico] no puede salirse con la suya porque su familia sea más o menos adinerada y tenga a sueldo a personas que están vinculadas con guardias civiles de Santa Olalla. Eso no se puede tolerar», critica.

Utilizar las instituciones

Los otros tres acusados también pasaron una temporada en prisión preventina. Fue el caso de Abel, que estuvo un año y dos meses. Su abogado, Antonio Abella García, confirma que también se querellarán contra Federico por falso testimonio, difamación, calumnias y por estafa procesal. «Esto de utilizar las instituciones a tu libre albedrío para fastidiar la vida a los demás no es de recibo» , resume el letrado.

Abella dice que, además del bloqueo de sus cuentas bancarias, la familia de su cliente estuvo señalada. «Cuando vives en localidades tan pequeñas, como es el caso de Santa Olalla, la imagen social de la familia queda muy tocada. La madre de Abel lo decía; ella no salía a la calle», explica el abogado. «Otra cosa es el recorrido que pueda tener nuestra querella; a lo mejor este pipiolo sale bien parado» , especula.

Sobre la sentencia, Abella asevera que e stá «muy bien construida, ha recogido muy bien las contradicciones y ha expuesto muy bien las pruebas biológicas» . Cita, por ejemplo «el tema de las colillas, que estaban por toda la casa, con lo que se entiende que Federico tuvo libertad de deambulación, o el que la puerta del baño sólo se podía cerrar por dentro y no por fuera».

El abogado cree que la Fiscalía va a recurrir el fallo y, si lo hiciese, «sería utilizar el último cartucho». « Pero no creo -considera- que su recurso vaya a prosperar por una razón muy sencilla: en el fallo judicial hay una convinción personal de los tres magistrados, que están en sala, que interrogan y que tienen una percepción visual directa».

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