Festival de orejas en Recas
Los diestros se repartieron diez trofeos en una tarde entretenida para abrir la temporada
Un utrero con cuajo de toro abrió la tarde. Gacho pero con presencia, El Fandi lo saludó con garbo, igual que lo llevó al caballo. Ceñidas chicuelinas en el quite, antes de un vistoso tercio de banderillas. El de Palla llegó justito a la muleta, por lo que El Fandi obró a media altura por ambos pitones e hizo las delicias del respetable antes de pasear el doble trofeo.
Sergio Serrano sorteó en segundo lugar un animal de noble condición que siempre miraba la salida. Buen y encajado saludo capotero antes de una faena de gusto y poder que brindó al recientemente retirado Nacho Torrejón. Se impuso a un animal rajado y le sacó lo que tenía al hilo de tablas, perdiendo el triunfo con la espada
Salió con brío el tercero y López Simón anduvo muy variado con el capote. Tanto en el recibo como en el quite, que abrochó con un bonito farol. Brindó al respetable y comenzó de rodillas el trasteo. Una faena que tomó vuelo a base de buen trazo y mano baja, principalmente por el pitón derecho, por donde se vio un torero muy solvente y con oficio que aprovechó las bondades de un noble animal. Espadazo y dos orejas de ley
Juan Leal fue todo pundonor. Comenzó la faena de muleta con un cambiado por la espalda en los medios. Toreo de cercanías y ceñido que tuvo como consecuencia una fea voltereta. Lo lanzó el utrero por los aires y cayó de fea manera con el cuello. Pareció algo aturdido del golpe, lo cual no fue impedimento para pasaportarlo de una gran estocada y rubricar una buena faena que le valió el doble trofeo.
El quinto fue el menos definido de salida. Álvaro Lorenzo no pudo gustarse con el capote y con la muleta tuvo que tomar precauciones hasta que el animal rompió hacia adelante. Elegante como acostumbra, Lorenzo procuró llevarlo largo a pesar de la sosería de las embestidas. Lo pasaportó con media estocada y paseó dos orejas.
El que cerró el festejo se afligió demasiado pronto en la muleta. A pesar de ello, el novillero Jorge Molina dejó una gran imagen aprovechando las acometidas del animal. Largas cambiadas de rodillas y toreo ceñido y de trazo largo del de Torrijos que aprovechó las cercanías al final de faena para extraer las últimas embestidas. A pesar de la espada, paseó dos orejas.
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