Crimen de San Pablo: «En Retuerta del Bullaque están acobardados con 'el Mosca' y sus secuaces»
En los Montes de Toledo aseguran que «con ellos en la cárcel muchos podríamos descansar»
La detención del Mosca y dos hombres más por su presunta participación en el homicidio de José María Sánchez Galán, sucedido en San Pablo de los Montes a primeros de octubre, ha corrido como la pólvora por los Montes de Toledo y Retuerta del Bullaque, la población de Ciudad Real donde los tres fueron arrestados por la Guardia Civil este martes .
«Es un delincuente y se junta con delincuentes», afirma un hombre que conoce desde hace muchos años las andanzas del Mosca y «sus secuaces», como los llama. Alberto (nombre ficticio) quiere mantener su anonimato porque los detenidos «son agresivos». Aunque «también muy tontos -sentencia-, porque cuelgan fotografías en sus redes sociales con las fechorías que hacen». Sin embargo, «de poco nos sirve a los ciudadanos: o los pillas o no puedes hacer nada contra ellos», lamenta Alberto.
El Mosca , de 49 años, se ha dedicado al furtivismo desde muy joven y tiene antecedentes por tráfico de drogas, robos y tenencia ilícita de armas. En septiembre fue detenido por tener marihuana y una escopeta robada. Los otros dos arrestados son un español y un rumano, según Alberto. «Sé que a él y a sus colegas se los han llevado varias veces por temas de robos y plantaciones de marihuana, pero no sé si han entrado en prisión», añade.
En Retuerta del Bullaque, la población de mil habitantes donde viven los tres detenidos, «todo el mundo está acobardado con ellos». «A todas las labranzas y casas de campo entran y roban», asegura Alberto. «Si esos tres van a prisión, la gente descansará en Retuerta y en los Montes de Toledo», afirma el interlocutor, que apostilla: «Como la ley está como está, no dudo de que alguno les ajuste las cuentas definitivamente».
Chema, traficante
Si algo unía a la víctima y al Mosca eran las drogas. José María Sánchez Galán, de 56 años, era conocido en San Pablo de los Montes por ser consumidor y traficante. Había pisado la cárcel. «Le llamábamos el drogata pero no se metía con nadie, no buscaba camorra», afirma un vecino.
La mañana del 11 de enero de 2018. fue detenido por una pareja de la Guardia Civil después de ser descubierto vendiendo estupefacientes a otra persona en una calle de San Pablo de los Montes. Los dos eran conocidos de los agentes por otros delitos relacionados con el consumo de drogas ilegales.
Chema, como lo conocían en el pueblo, llevaba encima documentación con anotaciones sobre la venta de estupefacientes. Luego, en distintas estancias de su vivienda, se halló más droga. En total, 35 gramos de heroína, 6 gramos de cocaína, 5.085 gramos de marihuana, 4 gramos de hachís y 78 gramos de aceite de hachís. Estaban dosificadas y preparadas para su venta. Además, tenía sustancias de corte y básculas de precisión.
Sus vecinos dicen que Chema, con serios problemas de salud, no dejó el mundo de las drogas hasta su muerte, aunque no ha transcendido aún si el tráfico de estupefacientes está detrás de este crimen.
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