El cinturón negro de Guess que aprieta al presunto asesino de Julissa

La prenda, hallada en la habitación del crimen, fue usada para asfixiar a la víctima

Luis Carlos, este miércoles, a su llegada a la Audiencia de Toledo Manuel Moreno

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Julissa Denisse Lectechy fue asfixiada en Seseña con el cinturón negro de la marca Guess que la Guardia Civil encontró en el dormitorio donde esta ecuatoriana de 42 años murió estrangulada el 27 de enero de 2017. La prenda es «compatible», según la terminología forense, con la anchura y las marcas longitudinales halladas alrededor del cuello de Julissa. El cinto, además, tenía impregnado el ADN de su presunto asesino y compañero sentimental, Luis Carlos Buitrago García , para quien la Fiscalía de Toledo pide 25 años de prisión mientras que la defensa reclama la absolución .

La simbiosis del cinturón, la víctima y el supuesto verdugo —una asociación clave para el ministerio público— fue una de las conclusiones de los peritos que el jurado popular escuchó este miércoles en una accidentada sesión en la Audiencia de Toledo.

Nada más comenzar, la vista fue interrumpida por el magistrado-presidente, Alfonso Carrión , debido a unos problemas técnicos con las videoconferencias. Con la sesión ya reanudada tras un parón de 45 minutos, una componente del tribunal popular tuvo que ser sustituida luego por una suplente a causa de una indisposición.

La jornada se había iniciado con un debate sobre la data de la muerte, fijada por los forenses tras la autopsia sobre las 23:00 horas del 27 de enero. Sin embargo, los peritos que testificaron no supieron precisar la hora aproximada de la defunción, ya que para su cálculo emplearon unas fórmulas con una desviación de unas 20 horas.

Si bien el cinturón negro de Guess sí llevaba el ADN de Luis Carlos —al igual que la colilla sin deformar que el cadáver tenía debajo—, no sucedió lo mismo con las dos manchas de sangre humana halladas en el interior del puño derecho de una cazadora: su perfil genético era «inconcluyente».

En cambio, los peritos confirmaron que Luis Carlos, un colombiano de 51 años, era un consumidor de estupefacientes (cocaína) cuando mató a Julissa. Sin embargo, del examen del mismo cabello del acusado se concluyó que el encartado no consumía alcohol de manera excesiva.

Semen de otro hombre

Sí arrojó más información el análisis de las muestras de sangre de Julissa, que había consumido cocaína antes de morir. Y el estudio de un «salvaslip» adherido a la braga de la víctima fue tajante: los pocos restos de semen hallados no correspondían a su compañero sentimental, con el que llevaba conviviendo desde 2009, sino que coincidían con el perfil genético de otro hombre.

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