CD Toledo: un club sumido en la oscuridad
Los verdes viven sus horas más bajas en mucho tiempo con la dimisión del presidente, Juan Juárez, y un máximo accionista, Jorge Berlanga, que apenas ofrece explicaciones
La dimisión del presidente, Juan Juárez, es solo el penúltimo capítulo del vodevil en el que se ha convertido el CD Toledo. Un club que navega, mal que bien, en las mediocres aguas de Tercera División sin un proyecto definido y con una «mochila de deuda» de la que se desconoce cuál es su peso porque el máximo accionista, el mexicano Jorge Berlanga, ha decidido que su política es la de la nula transparencia, más o menos como la del avestruz que esconde la cabeza. Desde febrero no hace declaraciones y tampoco coge el teléfono.
Berlanga se hizo con la propiedad del CD Toledo hace cuatro años, cuando el equipo estaba en Segunda B. En 2018 bajó a Tercera y en estas dos temporadas se ha clasificado c uarto en Liga para caer en la primera ronda del «play off» de ascenso contra Sestao River y Yugo-UD Socuéllamos . Por tanto, en lo deportivo, es indudable que el club verde está en una situación bastante peor que en la etapa previa al mexicano.
En el aspecto económico hay contradicciones, muchas dudas y pocas certezas. Parece claro que Berlanga posee en torno al 80 por ciento de las acciones , aunque él no lo ha confirmado. Lo que sí ha asegurado es que cuando aterrizó tuvo que poner más de un millón de euros por las deudas de la entidad con Hacienda y la Seguridad Social.
Hace seis meses, en su última comparecencia pública, también aseguró que ha logrado reducir la deuda un 60 por ciento y que la propiedad aporta un 55 por ciento del presupuesto anual. En ambos casos se negó a dar cifras concretas. Además, añadió que su estrategia para sanear el club pasa por la plusvalía que puede generar la venta de jugadores jóvenes con proyección.
Su versión no coincide con la de Juárez, empresario del sector de la biomasa y derivados que fue nombrado presidente en el verano de 2018, justo cuando el CD Toledo acababa de descender. Juárez asegura a ABC que aportó 200.000 euros en forma de préstamo y Berlanga «me dijo que con ese importe el club quedaba libre de deuda». Algo falso, según su versión, porque una auditoría demostró impagos que ascendían a un millón y medio de euros.
A lo largo de estos dos años Juárez ha tenido que poner otros 100.000 euros para «tapar agujeros». «No sé cómo gestionaba el club, pero la deuda aumentaba cada día. Él ha dicho que está ahora en torno a los 600.000 euros, pero yo creo que sobrepasa el millón, de manera que, ¡cuidado!», añade el ya expresidente sobre el máximo accionista.
En los últimos tiempos Juárez ha buscado «a una serie de empresarios toledanos, ocho o diez, para que todos juntos compráramos el club a Berlanga». La idea era que cada uno aportara lo que pudiera y que la presidencia fuera rotativa. Eso sí, no desvela la identidad de estos empresarios. El mexicano pidió dos millones de euros por la venta del club. «Berlanga se pensó que éramos tontos o algo similar», añade Juárez, que desvela que el máximo accionista habría ofrecido el CD Toledo a un compatriota suyo por solo 300.000 euros con la intención de seguir controlándolo.
Y en este punto del culebrón ABC dio el lunes la exclusiva de que se ha ofrecido la presidencia al abogado Joaquín Sánchez-Garrido, hijo del que fuera alcalde de la ciudad entre 1983-1987 y entre 1991-1995 y miembro del Consejo Consultivo del club. De momento, Sánchez-Garrido está valorando la propuesta, ha puesto una serie de condiciones y se espera que dé una respuesta a finales de la presente semana.
¿Qué opina el entorno?
Con este panorama, este periódico ha pedido su opinión sobre Berlanga, Juárez y Sánchez-Garrido a Eduardo Sánchez Butragueño (miembro del Consejo Consultivo, exdirectivo del club y director de comunicación de Seguros Soliss), Fernando Jerez (empresario que fue presidente del club entre 1998 y 2004) y Enrique Ros (secretario de la peña Asociación Cultural «Foot-ball Toledo 1928»).
Sobre Berlanga, Sánchez Butragueño recuerda que «si no coge al club en 2016 habría desaparecido, así de duro y claro. Otra cosa es que se haya equivocado en alguna ocasión como nos equivocamos todos, pero la deuda no la ha generado él, viene ya de tiempos anteriores». Jerez explica que el CD Toledo «tiene pocas ayudas institucionales y su masa social no es relevante, por lo que es muy complicado gestionarlo». Berlanga «aún aguanta la vela, pero está claro que si no le vienen colaboradores directos le va a resultar muy difícil seguir», añade. Mientras, Ros cree que el máximo accionista «no ha hecho movimientos para que haya una fluidez comunicativa entre los socios y el club».
Sobre Juárez, Sánchez Butragueño respeta su decisión de dimitir, algo que «no me acaba de sorprender del todo, ya que no se están cumpliendo los objetivos deportivos». Jerez supone que ha pesado «el hecho de que era poseedor de un pequeño paquete del accionariado del club y si hay un propietario mayoritario pues...». Y a Ros tampoco le ha sorprendido «en demasía. Con Juárez hemos tenido en nuestra peña una relación cordial, pero Berlanga era la voz cantante», añade.
Por último, sobre Sánchez-Garrido, Sánchez Butragueño dice que acoge la noticia «con optimismo» al ser «bueno que toledanos se acerquen al club para apoyar y colaborar». Jerez también lo considera «positivo» el que haya toledanos dispuestos «a tirar del carro» y Ros concluye: «Forma parte de una familia con lazos históricos en el club. Son gente que va a todos los partidos en el Salto del Caballo. Todo apunta a bueno. Lo que no sabemos es si viene como accionista importante o trae consigo un grupo inversor, por lo que quedamos muy a la expectativa».
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