Raúl Gómez: fútbol sala, pandemia, hoz y martillo
El jugador albaceteño acaba de regresar a España para recalar en el Movistar Inter después de año y medio en el Partido Comunista ruso, que pese a su exotismo es uno de los mejores equipos de Europa
A Raúl Gómez del Olmo (Albacete, 1995), jugador profesional de fútbol sala, un habitual de la selección española, le llegó «una gran oferta deportiva». Y dejó la cálida y bucólica Peñíscola, con su mar y su castillo del Papa Luna, por la fría y nevada Moscú y su Partido Comunista, que así se llama el equipo que lo reclutó y que, pese a su exótico nombre, es uno de los mejores del Viejo Continente. «Íbamos a jugar la final four de la ‘Champions’ e iba a crecer muchísimo como jugador. Creo que fui valiente. Fui para adelante, a vivir la aventura», explica.
Era febrero de 2020, jugó dos partidos y la aventura se presentó en forma de pandemia mundial. Y allí estaba Raúl Gómez, en la capital rusa, defendiendo el rojo de lo que un día fue, antes de que él naciera, uno de los dos grandes bloques de la Guerra Fría. A 4.138 kilómetros de la tranquilidad de su casa de La Mancha. A 41 horas en coche. A 805 horas andando, si se prefiere. Encerrado, como todo Dios.
«Fue un poco complicado de gestionar. Estaba muy lejos y sin saber cuándo podía volver. Aprendí mucho de eso» , asegura. Y añade que en las posesiones del señor Vladímir Putin «hubo confinamiento, pero me parece que duró menos tiempo que en España. Y también las restricciones fueron más suaves, porque podíamos salir a la calle sin mascarilla».
Tras unos meses de obligado parón, la competición se reanudó en julio y el Partido Comunista (KPRF son sus siglas oficiales) ganó la liga . El jugador albaceteño cuenta que el fútbol sala en Rusia es distinto. Los partidos duran 50 minutos (hay dos partes de 25) y, como los desplazamientos entre ciudades son tan largos, juegan en un fin de semana dos veces contra el mismo equipo. En cuanto al nivel, le sorprendió para bien. «Son jugadores muy fuertes y técnicamente buenos, aunque en España somos superiores tácticamente y en estrategia», opina.
«En ningún momento hablábamos de política en el vestuario, ni los aficionados hacían cánticos especiales. Como anécdota, recuerdo que en la liga llevábamos el escudo con la hoz y el martillo, pero en Europa no se pueden representar ideologías, por lo que teníamos que cambiar de escudo», afirma riéndose. En declaraciones a El País, el presidente del Partido Comunista, Iván Mélnikov, ya dijo que el fútbol sala «es una oportunidad para distraerse de las cosas serias».
Después de una temporada y media, Raúl Gómez ha regresado a España para jugar en el Movistar Inter. «En Rusia estaba muy contento. Fue una experiencia genial, que volvería a repetir sin dudarlo, pero tuve la oportunidad de venir a un club glorioso, el más laureado de la historia, y era difícil rechazarlo. Me llegó la oferta y casi ni me lo pensé», reconoce.
Desde Madrid seguirá más de cerca al UDAF Albacete, el equipo del que es directivo y que ayudó a fundar hace tres años. Ahora compite en la Tercera división masculina y en la Segunda femenina de fútbol sala. A 4.106 kilómetros del club de la hoz y el martillo.
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