'Toledo, llévame ya', poema de la viuda del arquitecto Ignacio Álvarez Ahedo
Fue leído por su hijo, Ignacio Álvarez Texidor, en el nombramiento de su padre como Hijo Adoptivo de Toledo
Toledo imperial,
Toledo frágil, delicada
Toledo tú, su ciudad
No natal, pero sí vital
Toledo amado
esperado, sufrido, ideado,
Toledo tantas veces soñado
Otras tanta dibujado
Entre plano, soledades,
trabajo duro para darte más.
entre tus verdes colinas,
y cogido de mi mano,
cuántas veces nos besamos
Me cantaba tus virtudes,
también tus vicisitudes
yo andaba algo celosa
por amante tan poderosa
Toledo río de amores
que le diste sinsabores y penas
pero le diste la razón de vivir y desvivirse...
Hoy le lloras y me consta,
tus tierras más fanegadas
muchas veces olvidadas,
hoy quieren ser su testigo
Toledo, llévame contigo
y con tus misterios.
Enséñame tus caminos
para volver a ver,
esos en los que se perdía
pero no cejaba en el intento,
no evitaba el sufrimiento
porque te amaba apasionadamente.
Perdonaba tus desaires
y tus faltas arrogantes
Necesito descansar en tu calor
de una llama que un día sentimos
Necesito paz para esta guerra sin sentido,
con tanto muerto y tanto herido.
Toledo, muéstrame la senda,
dime dónde anda nuestro amor.
Tú, solemne, dura,
paciente, masacrada,
protegida.
Que ni los vientos más fuertes
ni los años, las arrugas,
pueden destruir tanta belleza
que a él le dominó su cabeza
y a mí me convirtió.
Toledo, llévame contigo
que por donde tu estés,
él estará fiel y leal,
como tu servidor que fue
y que será
Toledo llévame ya...
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