Sacan a la luz los secretos de la iglesia mozárabe de Santa Eulalia, una de las más antiguas de Toledo
Desde este sábado se puede ver el resultado de las excavaciones arqueológicas de su subsuelo, donde ha aparecido su cementerio parroquial, una casa de época islámica de los siglos X-XI y hasta silos de la Edad del Bronce
La mitad del dinero que se recaude con las visitas guiadas irá destinado a sufragar los cuantiosos costes de la intervención que se ha hecho
Fue en 2015 cuando las humedades que afectaban a la iglesia mozárabe de Santa Eulalia, una de las más antiguas de las que se conserva en Toledo, obligaron al párroco Francisco Javier Hernández a encargar una intervención para solucionar estos problemas. En 2018 comenzaron las obras y se levantó el suelo para instalar un sistema de calefacción por hilo radiante, siendo el proyecto inicial bajar 40 centímetros para colocar un forjado. Pero, todo cambió cuando al comenzar a excavar apareció parte del cementerio parroquial y restos de muros de época anterior a la datación de la parroquia.
Esto indicaba que la obra se iba a alargar, así que hubo que buscar alguna manera de cubrir los gastos ocasionados por ello. Por eso, a iniciativa del propio párroco de Santa Eulalia se propuso en 2019 realizar unas visitas guiadas para que la gente pudiera ir viendo cómo iba evolucionando, en el mismo momento que se desarrollaba, la intervención arqueológica que él mismo impulsó.
«Las visitas fueron todo un éxito», asegura a ABC Laura García , una de las guías oficiales que las realizó, que se lamenta de que tuvieran que suspenderse durante dos años por la pandemia. Ahora han decidido retomarlas, justo cuando ha acabado la rehabilitación. De este modo, todo aquel interesado en conocer más sobre la historia de esta antigua parroquia mozárabe puede hacerlo llamando al número de teléfono 696147288 para visitarla los sábados y domingos de este mes de abril en dos turnos, uno a las 17.00 y otro a las 18.30 horas.
La visita tiene un tiempo estimado de un poco más de una hora y los grupos son reducidos (25 personas) porque los espacios excavados en el subsuelo de la iglesia son angostos. «Una oportunidad única que, si todo va bien, puede ampliarse en el tiempo y repetirse en próximos meses sin ningún problema», expresa la guía esperanzada. En ello colabora la Asociación Regional de Guías Oficiales de Castilla-La Mancha (APIT CLM), a la que pertenece Laura García, que informa de que la mitad de lo recaudado de los 10 euros que pague cada persona se destinará a sufragar los altos costes de la obra de restauración de la iglesia.
Algo que llama la atención tras la intervención realizada es que se han recuperado los espacios litúrgicos para el culto mozárabe. Entre ellos, un baptisterio donde incluso se ha construido una piscina bautismal para poder celebrar bautizos por inmersión, algo único en Toledo y que enraiza con los cánones de este rito. En el subsuelo se han habilitado otros espacios, como una cripta debajo del altar mayor donde se conservan en un pequeño arca las reliquias con las que cuentan Santa Eulalia, San Marcos y San Torcuato, y una cruz donde se guarda el ' Lignum Crucis ' que procesiona el Viernes Santo por las calles la ciudad y que se encontró entre los muros del edificio en el siglo XVII.
Una impresionante labor, que es la que han desarrollado más de una decena de personas durante todo este tiempo, con la que se ha conseguido excavar hasta casi cinco metros de profundidad y extraer una gran información y material sobre los orígenes de Santa Eulalia . Al frente de los trabajos arqueológicos ha estado la empresa toledana Atempora Arqueología , formada por Javier Peces y Samuel Rodríguez.
Este último es quien ha acompañado a ABC por los subsuelos de la iglesia, donde se han documentado los diferentes niveles de enterramiento, en concreto tres, de las personas que se inhumaron desde el siglo XII hasta el XVIII, que es cuando se cerró el templo. Fue en el año 1841 cuando, debido al descenso de población en Toledo, se reorganizaron los distritos parroquiales y se unificaron las parroquias mozárabes de Santa Eulalia, San Marcos y San Torcuato. Entonces este edificio se convirtió en un almacén y permaneció cerrado hasta la década de los 60 del siglo XX, cuando el arquitecto y director general de Bellas Artes, José Manuel González Valcárcel , realizó una restauración agresiva en el templo, dando lugar a su imagen actual.
Bajo sus suelos se han encontrado ahora los restos óseos de casi unas 200 personas, sobre todo hombres que superaban los 30-40 años con estaturas, en su mayoría, de en torno al 1,55 o 1,60 metros. Pero, al tratarse de un cementerio parroquial, había también mujeres y niños, destacando como curiosidad el caso de una madre embarazada. Todos ellos, repartidos por todo el subsuelo, pero jerarquizados y colocados más cerca o más lejos del altar en función de su estatus.
Restos de una casa islámica del siglo X-XI
Además, ha salido a la luz un importante nivel de escombros que estaban cubriendo los restos de una casa de época islámica datada entre los siglos X y XI. «No se trata de una mezquita, como pasó con otros templos mozárabes con raíces visigodas, sino que en Santa Eulalia queda certificado el uso doméstico al encontrarse las tinajas de una bodega en el subsuelo de una de las naves laterales, donde se ubicaba la vivienda del que fue posiblemente, de un personaje relevante, por los restos materiales encontrados», afirma Samuel Rodríguez .
Según explica, «esa vivienda fue derribada o colapsó bruscamente en algún momento, ya que también se conserva el estrato de derrumbe, y eso propició que en los trabajos de construcción del posterior templo cristiano se reutilizara mucho escombro para colmatar la nave central». Entre ese relleno, ha sorprendido el hallazgo de una rica yesería califal que aún está pendiente de análisis, pero también una moneda del reinado de Alfonso VI e incluso hasta silos de la Edad del Bronce .
Ahora, con los permisos de la propiedad de la parroquia, así como de las administraciones públicas, la intención es museizar una las zonas rehabilitadas en el subsuelo de la iglesia para mostrar parte del material que se ha extraído durante los trabajos arqueológicos a lo largo de estos últimos años, así como crear un espacio de interpretación de la cultura mozárabe. «Nuestro deseo es mostrar todo lo que se ha encontrado y hacer del subsuelo de la iglesia un espacio vivo para uso y disfrute de mozárabes, toledanos o de cualquier visitante», dice con una sonrisa el codirector de las excavaciones en este lugar único de la ciudad de Toledo.
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