Quince años para cambiar una ciudad
El Consorcio ha intervenido en sus primeros tres lustros de vida en más de 3.500 viviendas, la mitad del patrimonio residencial del Casco Histórico. En este tiempo se ha recuperado una gran parte de la historia más íntima y desconocida de los toledanos, la razón de ser de esta ciudad y el motor para garantizar su futuro
Yeserías, portones, maderas, revocos singulares, balaustradas, miradores de madera, pinturas, postigos, cristalerías, emplomados, escaleras, aldabas, frisos... Todo un patrimonio oculto que se encuentra en muchas de las más de 3.500 viviendas en las que ha intervenido el Consorcio en sus primeros quince años de vida, la mitad de todo el patrimonio residencial de la ciudad de Toledo que, en estos últimos años, y gracias al impulso del Consorcio «se ha multiplicado por veinte». Son palabras de su gerente , Manuel Santolaya Heredero, que, en una entrevista con ABC, ha repasado los logros de esta institución que comenzó su andadura en enero de 2002, tras la constitución dos años antes del Real Patronato de la Ciudad. Y esto es solo una parte de la actividad del Consorcio, que también actúa en la recuperación del inmenso patrimonio monumental y en la dinamización de la actividad cultural de la ciudad.
En este tiempo se ha convertido en elemento dinamizador de la actividad rehabilitadora y revitalizadora del Casco Histórico de la capital de Castilla-La Mancha . De hecho, en la actualidad, el Consorcio es el principal motor de ese empeño y, sin ninguna duda, es la entidad de referencia en todo lo relacionado con la puesta en valor del patrimonio toledano, tanto monumental como residencial.
Son cientos los ejemplos de intervenciones en viviendas en ruinas y apuntaladas que se han recuperado para los vecinos y también para el patrimonio de la ciudad. Un ejemplo ha sido la recuperación de la premiada vivienda del callejón de Menores . «Se caía, el edificio estaba destrozado y al propietario le pilla la crisis y se ve incapaz de realizar el proyecto de viviendas que tenía pensado», explica el gerente, que recuerda que gracias a un convenio con la Escuela de Arquitectura de Castilla-La Mancha se ha logrado salvar este edificio con un proyecto a tres fases que finalizó el pasado año. La casa es una joya, conserva estos del siglo I al siglo XX y se un elemento paradigmático de todos los elementos con identidad propios de una casa toledana.
El proyecto ha asido premiado en en Valladolid , en la Bienal de Venecia y, ahora, ha sido seleccionado para un premio de Europa Nostra, la federación pan-europea para el patrimonio europeo.
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