Palomarejos afronta un incierto futuro sin el hospital
En breves fechas saldrá de este barrio de 5.800 habitantes el que ha sido durante más de 50 años su foco de dinamización socio-económica
El antiguo barrio de Palomarejos de Toledo , nacido en la década de los años 50 del siglo XX, -cuando se levantaron los bloques de viviendas de la zona popularmente conocida como Corea-, se enfrenta ahora más que nunca a un futuro incierto sin el principal foco de dinamización socio-económica que durante décadas ha supuesto la presencia del ya viejo edificio del hospital Virgen de la Salud.
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Entre la paralización que, a todos los niveles, ha traído consigo la pandemia del coronavirus, y que azota la ciudad desde el pasado mes de marzo, muchos de los vecinos del barrio quizá no sean demasiado conscientes de lo que se les «viene encima» con el próximo cierre del gran centro sanitario y el traslado de toda la actividad hospitalaria al barrio de Santa María de Benquerencia (Polígono), mudanza para la que, después de varios conatos de anuncio, ya hay fecha concreta: el 16 de noviembre, según anunció hace unos días en el Debate del Estado de la Región el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.
41 nacionalidades
La barriada, que se extiende entre las avenidas de la Reconquista, Barber y Europa y Portugal, cuenta con 5.789 habitantes, 704 de ellos extranjeros de 41 nacionalidades diferentes (según datos de 2018), una diversidad sociocultural que en los últimos años ha ido perdiendo empuje por el envejecimiento de la población y como consecuencia el descenso de jóvenes, que no encuentran incentivos de futuro para establecerse en la zona.
Así lo corrobora Paco Arce , representante de la veterana asociación de vecinos «La Voz del Barrio» , nacida en 1972, quien explica cómo afronta Palomarejos el traslado del hospital. «Claro que estamos preocupados. Vemos que el barrio se va a ir muriendo y ello va a afectar a un montón de negocios, además del paro enorme que se puede generar si cierran comercios y muchas actividades de hostelería». «Es un barrio de personas ya mayores, que ha envejecido, y en cuanto salga de él el hospital, y también el Cuartel de la Guardia Civil..., es un barrio que, como no se revitalize, se muere» , añade. La mudanza hospitalaria puede afectar, dice Arce, a más de 250 comercios, y a los de barrios aledaños como el de Santa Teresa. «La población de Palomarejos es de 5.800 vecinos, pero puede afectar a más de 31.000 personas, ya que el hospital atiende también a la Reconquista, Santa Teresa, el Poblado Obrero, San Pedro el Verde, Buenavista y San Antón. La atención hospitalaria a nivel general va a afectar a 31.000 vecinos», reitera.
En la misma línea que Arce, la presidenta de «La Voz del Barrio», Ana Escolante , habla de la «preocupación» existente ante el traslado del hospital. « Ahora mismo en el barrio hay sobre todo gente mayor e inmigrantes. Muchos comercios han cerrado en el último año desde la primera vez que se habló de que iban a abrir ya el hospital en el Polígono y luego no se hizo, y hay gente que ha comprado locales allí esperando la apertura. En el barrio ya no paran como antes los autocares de línea cerca del hospital, en los que venía mucha gente y le daba vida, y han cerrado cafeterías y tiendas de ropa en la Avenida de Barber . Nosotros, la primera idea que teníamos, es que el Hospital del Valle se bajara al Virgen de la Salud, pero ni la Junta ni el Ayuntamiento lo contemplan. Eso daría vida al barrio», señala.
Sobre este extremo, Arce dice: «ya que no se quiere bajar el hospital del Valle, proponemos que edificios como el del Virgen de la Salud o la antigua Escuela de Enfermeras se rehabiliten para prestar en ellos servicios sociosanitarios con gestión pública. Con el envejecimiento de la población se necesita atender determinadas enfermedades y capacidades de todo tipo, convalecencias, cuidados paliativos o enfermos crónicos. Se hace necesario prestar una especial atención a este tipo de pacientes, y por ello estaría justificada la implantación de estos servicios».
Propuestas
Antes de la pandemia, en el pleno municipal del pasado mes de febrero, la asociación de vecinos intervino para instar a las administraciones, y especialmente al Ayuntamiento de Toledo, a que se reunieran tanto con la Junta de Comunidades como con la Tesorería de la Seguridad Social, propietaria del edificio del Virgen de la Salud, para ver la posibilidad de trasladar la actividad del hospital geriátrico del Valle a las dependencias que van a ser desalojadas en unos meses. «Pero fue rechazado rotundamente por parte de la Junta de Comunidades, que, por cierto, ni nos ha recibido, n o han tenido la delicadeza de tratar el tema con los vecinos», se queja Arce , quien, por otro lado, dice tener muchas dudas sobre lo asegurado el año pasado por las autoridades sanitarias de que el Centro de Especialidades «San Ildefonso», situado al lado del hospital y donde acuden miles de personas a consultas, iba a permanecer en el barrio . «Pero estaría alejado del nuevo hospital general, en el Polígono, y dudamos de que efectivamente vaya a quedarse».
También está el edificio de la antigua Escuela de Enfermeras , a espaldas del Virgen de la Salud, «un mamotreto sin utilidad, un edificio vacío que solo tiene utilizada las plantas baja y primera. Pedimos que se utilizara como residencia para estudiantes, sobre todo por su cercanía al campus universitario de la Fábrica de Armas, pero tampoco hemos recibido respuesta, ni con el PP ni con PSOE».
Llueve sobre mojado también sobre qué pasará con el cuartel de la Guardia Civil, implantado en Palomarejos desde hace décadas . Su posible reubicación en la cercana Vega Baja «sería beneficioso para el barrio, y nos gustaría que estuviera allí, pero está el problema de los restos arqueológicos», sobre los que aún está pendiente el estudio de georradar que se hizo el pasado verano para detectar estructuras en el subsuelo. «Si hay restos, el cuartel no se debe construir ahí. Si no los hay, también hay que respetar el paisaje de Toledo. Estamos esperando los resultados».
Que los jóvenes vuelvan al barrio es la gran esperanza que tiene la asociación vecinal , y vendría en parte de la mano de que sobre el terreno que hoy ocupa la casa cuartel de la Guardia Civil se construyera n viviendas asequibles para jóvenes , tras la correspondiente permuta de terrenos entre el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior.
Nadie sabe aún qué ocurrirá con el edificio del hospital Virgen de la Salud cuando quede vacío . ¿Un gran centro comercial?, se preguntan los vecinos. Y se responden: «No, porque si ya el pequeño comercio del barrio está fatal, medio muerto, un un centro comercial le daría la puntilla», apostilla Ana Escolante, quien está segura de que el hospital será derribado y sobre el solar se construirán viviendas . «Si se hiciera una zona residencial con parques para familias jóvenes con hijos, para que salgan, compren en tiendas y frecuenten bares, restaurantes y cafeterías, quizá el barrio podría revitalizarse», subraya.