La nueva tarasca cumple 32 años

La Biblioteca regional se une a la celebración del Corpus con esta imagen de 1985 del legado de Rufino Miranda

Rufino Miranda, enfundando en un mono de trabajo, Valle Vaquero, Crisanto Rodríguez-Arango, Vicente López, Antonio Maeso e Isidoro Gómez Biblioteca Castilla-La Mancha

VALLE SÁNCHEZ

La Biblioteca de Castilla-La Mancha se une a la celebración de Corpus Christi con la difusión de una imagen de la construcción de la tarasca en 1985. Se trata de una donación del historiador Jorge Miranda, que hace varios meses entregó la colección de diapositivas de su padre , Rufino Miranda, compuesta por unas 8.000 imágenes que van a integrarse en el proyecto «Toledo entre todos». En este legado se encuentra una fotografía que muestra la tarasca a medio construir, cuando la Junta Pro Corpus encargó al escultor toledano Martín de Vidales la ejecución de la cabeza y extremidades, aunque según cuenta el historiador Juan Estanislao López Gómez , el resto del cuerpo lo construyeron sus promotores Rufino Miranda, Vicente López y Antonio Maeso.

En la imagen, que fue tomada por Carmen Vaquero , aparecen, entre otros, Rufino Miranda, Valle Vaquero, Isidoro Gómez , del mítico bar «La Bóveda», y el que fuera secretario de la Diputación Provincial de Toledo, Crisanto Rodríguez-Arango .

La Junta Pro Corpus tomó la decisión de construcción esta nueva tarasca por el mal estado que tenía la anterior, del siglo XVII, cuyos pesados materiales, hierro y madera , dificultaban su movimiento y, por ello, dejó de salir en 1964. La nueva se construyó con una estructura de aluminio más ligero y con escayola, una tarasca que lleva 32 años desfilando y haciendo disfrutar a generaciones de toledanos la víspera de su fiesta grande.

Aquel Corpus del 85 la ciudad vivió con gran expectación la salida de su nuevo dragón mitológico por las calles porque pudo recuperar una tradición que se perdió por la desidia y el abandono que sufrió durante un tiempo la fiesta grande la ciudad. Y todo gracias a un grupo de toledanos que, en aquellos primeros años de la Democracia hicieron un gran esfuerzo por enaltecer esta fiesta toledana. Entre ellos, destaca el trabajo del entonces presidente de la Junta Pro Corpus, Crisanto Rodríguez-Arango, quien no solo logró bajo su mandato la recuperación de la tarasca sino también se instituyó los premios «Tarasca de Honor», hoy consolidados en la ciudad, y se aumentó el recorrido de la procesión por el toledano barrio de Santo Tomé, en las calles Alfonso XII, Rojas y la plaza del Salvador.

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