Los niños salen a la calle: con el coronavirus no se juega

Conscientes de que fuera de casa está el virus del que tanto les han hablado sus padres, alegres pero cautelosos, este domingo han pisado las calles parapetados con sus juguetes

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Vanesa, de 6 años, patina entusiasmada por el paseo de San Cristóbal junto a su madre M.J.MUÑOZ

MARÍA JOSÉ MUÑOZ

Algo triste porque no ha encontrado a sus amigos por el barrio de Santo Tomé, Sacha, de 7 años , va montado en su bicicleta y acompaña a su madre, Carmen, a comprar el pan. Sería una escena de lo más normal si no fuera porque ambos llevan puesta una mascarilla y tratan de no acercarse mucho a los demás. La pandemia del coronavirus se cierne también sobre la ciudad de Toledo desde hace seis semanas, pero por fin llegó el día en que el Gobierno permite salir a la calle a los niños de hasta 13 años. En esta jornada no se han producido incidentes reseñables ni tampoco esa picaresca de algunos padres de salir a la calle excediendo el horario aprovechando el derecho de sus hijos. «Deseando salir estaba, aunque en casa se ha portado muy bien y es muy responsable», dice la madre de un niño que se sabe perfectamente la ley de los cuatro unos : «1 hora, un kilómetro, 1 vez al día y en compañía de un adulto», cuenta a ABC.

«Estaba coo loca porque sabía que iba a salir», dice Vanesa, madre de Aitana, 6 años . La niña está exultante de alegría patinan do por el Paseo de San Cristóbal en un día esplendoroso y cálido. Y lleva guantes, casco y....mascarilla a juego, de color rosa y con dibujo s. «Me la ha hecho mi madre y la he pintado yo», dice entre tímida y orgullosa la pequeña mientras que a lo lejos, en el paseo del Tránsito, su padre acompaña a sus otros dos hermanos, menores de edad también, en este regalo de alivio del duro confinamiento por la crisis sanitaria del Covid-19.

En la Cornisa,muy cerca del río, bajan hacia la senda ecológica Mario, de 9 años, y su padre, también Mario. El niño confiesa que «estaba deseando salir porque ya estaba un poco cansado de estar en casa, pero no estamos tan mal. Juego al parchís, a la consola, leo y hablo con mis amigos por videollamada y hago la tarea también». El padre subraya que «se está portando fenomenal, mucho mejor de lo que pensábamos al principio. La verdad es que lo ha llevado con mucha resignación y, sorpresivamente se ha adaptado fenomenal , igual que mi otra hija, más pequeña. Vivimos en un piso pero en general los niños se han portado bien». En cuanto a la duración del paseo, añade que le parece bien: «si lo han hecho así es porque ya verán que es seguro salir aunque no creo que pasase nada por salir en familia, porque ahora volvemos los 4 a casa . Pero sus motivos tendrán».

Entre la frondosa vegetación de la ribera vemos también a Maikel y Raquel, de 5 y 6 años respectivamente , junto a su padre Manuel. Con evidente emoción, con un oso de peluche la niña y una cámara fotográfica el pequeño, juegan con unos caracoles que han cogido de las matas. «Se portan fenomenal», dice el padre, que señala el hecho de tener azotea en casa como una gran ventaja para suavizar el encierro . «En principio. el tiempo que nos dan es suficiente. Los niños, cuanto más estén en la calle mejor, pero hay que valorar también el riesgo de contagio de toda la población».

Pese a ser tan pequeño , dos años y medio, su madre dice que Darío «sabe a su manera lo que es el coronavirus, sabe que es invisible y que no puede tocar nada , y que tenemos que separarnos de la gente», explica Aldara, mientras que el niño la mira fijamente en su paseo por la Avenida de la Reconquista. «Conforme pasaba el tiempo, lo ha llevado peor, ha tenido algunos momentillos de rabieta inexplicables . Es muy pequeño y estaba acostumbrado a salir mañana y tarde. Vivimos por la Plaza de Toros y tenemos un balcón largo que nos permite respirar. Imagino que según se vayan aliviando las medidas de confinamiento los niños que tengan algún problema mejorarán », confía la madre, que hubiera preferido poder dividir en mañana y tarde el horario de salida a la calle de los menores.

Ya en Zocodover, dos policías nacionales conversan animadamente con un padre y sus dos hijos pequeños. Todos llevan puesta mascarilla.

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