ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Del tiempo y sus caminos (19): Toledo vino conmigo

«Toledo me ha dejado tal huella que, vaya donde vaya, me vive dentro con una fuerza extraordinaria»

Atardecer en Toledo M.J.MUÑOZ

POR BEATRIZ VILLACAÑAS

Siendo toledana y habiendo vivido toda mi infancia y primera juventud en mi ciudad natal, aunque vine a Madrid a continuar estudios y, más adelante, con viajes y estancias intermedias en algunos otros lugares, entre ellos Inglaterra, Madrid se convirtió, básicamente por motivos profesionales, en mi lugar de residencia, puedo decir que nunca dejé Toledo . Lo afirmo feliz de que así sea, y es así porque Toledo me ha dejado tal huella que, vaya donde vaya, me vive dentro con una fuerza extraordinaria.

El recuerdo de mi infancia toledana , mis años juveniles recorriendo sus calles, monumentos y paisajes, es tan potente que permanece vivo en mí. Y agradecida estoy por ello, pues la ciudad que me vio nacer está íntimamente unida a mi vida junto a mis padres, Juan Antonio Villacañas, el poeta mayor, y mi madre, «bella como casa con pan» , palabras que son verso de uno de mis poemas. Y está también íntimamente unida a mis familiares y amigos, muy queridos todos, a algunos de los cuales, tanto familiares como amigos, me siento afortunada de seguir viendo en mis visitas a la ciudad imperial.

Toledo vino conmigo, sí , cuando emprendí viajes y fijé residencia en Madrid. Tanto es así que, incluso en un poema dedicado a Madrid, tal y como me fue pedido para ser publicado en la antología De Madrid al Cielo . Poemas a la capital de España , editorial Verbum, aparece Toledo. El poema, titulado «De liras por Madrid» , pues está escrito en liras, ya muestra, en su comienzo, que Toledo vino conmigo:

Por Madrid y su Historia,

por barrio, calle, plaza, yo camino,

me adentro en su memoria,

siguiéndole al destino

vine a Madrid y en mí Toledo vino

con memorias de infancia,

con ansias de vivir más todavía .

Me llovió en abundancia

lo que yo más quería:

fui de Madrid y Madrid se hizo mía.

Que soy gata adoptiva,

porque a los de Madrid los llaman gatos

con la luna, tan viva,

jugando en mis zapatos

al compás de esta vida y sus relatos.

Al compás de esta vida,

la vida que nos corre por las venas,

el júbilo y la herida,

Madrid, a manos llenas,

me hizo aprendiz de llantos y verbenas.

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