ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

La poesía como exorcismo

La escritura de le memoria de Miguel Ángel Curiel pasada por el tamiz de la mejor creación poética

Fragmento de la portadada de Fábrica de seda

POR ALFONSO GONZÁLEZ-CALERO

La Real Fábrica de Sedas de Talavera fue mandada construir en 1747, en el reinado de Carlos III. Durante algún tiempo fue una empresa próspera y eficiente, bajo la dirección del francés Jean Ruliére. A mediados del siglo XIX dejó de producir y las instalaciones comenzaron su declive; a partir de 1937, fueron utilizadas como cárcel por el régimen franquista: miles de presos republicanos sufrieron allí torturas y muchos de ellos fueron asesinados. En 1943 se dio fin a esta ignominia. Años después, el edificio fue derribado y hoy en día ocupa su lugar un instituto de enseñanza secundaria, aunque ninguna placa indica los anteriores usos de este espacio.

El poeta Miguel Ángel Curiel Núñez, nacido en Korbach (Alemania) en 1966, pasó su infancia y juventud en Talavera , y jugó en estos rincones, que ahora evoca y rememora en este libro, Fabrica de la seda , compuesto por dos textos: «Golpes de sol» y «Fábrica de la seda». Dos textos que en sus propias palabras quieren ser «un exorcismo para alejar el mal», los sombríos recuerdos vinculados a este espacio para una parte importante de la población talaverana.

Es una escritura de la memoria, pasada, como es obvio, por el tamiz de la mejor creación poética autónoma.

«En la nieve, las huellas de la muerte ante los pies desnudos de los muertos. Fábrica de la seda. Nombres que tapo con la mano, palabras bajo la piedra. ¿Y no era el sonido de la historia semejante al de una flauta en la que soplamos sin tapar los agujeros, un sonido libre para conjurar los gritos de los hombres de la fábrica de la seda?»

Esta que ahora acaba de presentarse (hace unos días en la Escuela de Escritores de Madrid) es la segunda edición de este libro. S e trata de una edición bilingüe, con un texto traducido al italiano por Paola Laskaris , poeta y profesora de la Universidad de Bari. En el prólogo, esta misma autora nos dice:

«Este libro también es un lugar simbólico. Fábrica de palabras donde se fragua el recuerdo de las heridas del pasado, para poder cauterizar y finalmente exorcizar su dolor. La poesía como construcción de realidad…..».

«Más que un poeta, necesitamos ahora testigos» afirma Curiel en la primera página del primero de los textos de su libro. Él quiere ser ese poeta, esa voz de aquellos que la perdieron o la sintieron truncada para siempre.

Pero no es un libro de odio ni de venganza : «No guardo odio y mi memoria se parece cada día más a la ceniza que al dolor», dice el escritor talaverano un poco más adelante.

La primera edición apareció en 2017 en el sello El sastre de Apollinaire; esta de ahora, en Ediciones Pregunta, de Zaragoza, se enriquece con unas bellas ilustraciones del poeta-pintor Juan Carlos Mestre, y se cierra con un epílogo de Luis Luna.

Miguel Ángel Curiel

Fábrica de la seda

Ed. Pregunta; Zaragoza, 2019

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