ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
La palabra imaginada (4): Élisabeth Vigée Le Brun
Del libro Si ella nos mira. Colección Ulises.2011.

Un dibujo
El niño sombra,
Luis Diecisiete,
se desvanece
en cualquier pérdida
de cualquier niño
que ha resbalado
de la ternura
hasta volverse
delfín del humo.
El niño sombra,
pulpa cualquiera
en los países
de la sequía.
No hay ni gusanos.
Un pez de leche
ido de abrazos,
niño cualquiera
con otro nombre.
Sólo su madre
lo busca ahora.

Condesa du Barry
Si ella nos mira
somos rescatados de las aves
caníbales,
nos volvemos visibles, volvemos
del temor por consentir que el aire
rubio, superviviente del asco,
parezca ligero, poco dado
a la renuncia.
Si ella nos mira
aunque su reputación refiera
equívocos y derroche piedras
preciosas del presente, da igual,
y digan: qué hermosa y pecadora,
porque, claro, asusta
cuando ridiculiza
la decencia o esa sumisión
a los orines.
Si ella nos mira,
porque no sabe que va a morir
y cuando muere, viendo a la muerte
afilada, chilla y chilla –dime
quién no gritaría viendo el labio
de la muerte–.
Da igual que la entereza recuerde
nuestro nombre.
Si ella nos mira
nos volvemos visibles, volvemos
a la carne que nos contenía,
al cuerpo que nos iluminaba
mientras amábamos.
Si ella nos mira,
indudables
y claros,
libertinos.
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