Beatriz Villacañas - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Lugar para el reencuentro (78): Cuento de Nueva York para una niña triste
Dedicado a Hilario Barrero, poeta, artista, diarista, artista y amigo en Nueva York
Éste es el título de mi poema aparecido en Historia poética de Nueva York en la España contemporánea . Edición de Julio Neira. Cátedra, Madrid, 2012 y Geometria y angustia. Poetas españoles en Nueva York, ed. Julio Neira. Vandalia, Madrid, 2012. Lo traigo aquí para reencontrarme en la distancia con el amigo en Nueva York , y, con una distancia sin océano por medio, con mis lectores.
Érase Nueva York como un relato,
un paraíso abierto de manzanas,
tentación para siempre a cada rato,
noche esperando miles de mañanas.
Érase tantas veces,/ érase Nueva York como un silencio gigante de mil voces contenidas./ Érase el sueño vertical atado a cada uno de tus pasos./ Érase un bosque donde la soledad camina siempre más deprisa./ No hay vértigo en el cuento, hay sólo vuelo./ Nueva York es el bosque ¿recuerdas? de mil luces/y un oscuro perderse. Sígueme./ Subiremos Nueva York,/ sé que siempre has querido asomarte/a infinitas ventanas./En este cuento tendrás que descalzarte, así te saldrán alas./Calle 42. Es fácil/navegar hacia el río,/ todo es corriente. Todo es desembocar/ en todas direcciones. Todo es/como si fuera todo, como si fuera aquí y ahora./ Una, dos, tres vueltas ¡Ya!/ es el Puente de Brooklyn:/abre los ojos ya y míralo como si alguna vez lo fueras a olvidar.
Érase Nueva York, tantas mañanas,
tentación y alegría en cada herida,
hecho fruta en la piedra, mil manzanas/
y una sola pidiendo ser mordida.
Un juego es Nueva York, se ve y se toca,/
desde cualquier niñez, cualquier distancia,/
un vivir sin vivir de niña loca,
de mujer que dialoga con su infancia.
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