Beatriz Villacañas - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Lugar para el reencuentro (75): Homenaje en Bargas a José Rosell
Se descubrió una placa con su nombre en la casa donde el cervantista vivió
El pasado día uno de septiembre tuvo lugar en Bargas el homenaje a un bargueño ilustre: necesario y merecido homenaje a José Rosell Villasevil, el cervantista marcado por la excelencia de su labor, de su dedicación y de su persona. Al igual que gocé del privilegio de su amistad , tuve asimismo la satisfacción de participar en dicho homenaje y reunirme en amistad y poesía con Sabino de Diego, de la Sociedad Cervantina de Esquivias , y con los poetas bargueños que acudieron a la cita: cómo no acudir, y de corazón, a la cita que año tras año convocaba José, poeta él y, como poeta, amante de convocar poéticamente a sus paisanos. Recordé en esos momentos el ya lejano año 2008, en que mi gran amigo Pepe me llevó como poeta invitada a la hermosa convocatoria anual . Y recordé tantas cosas más, las lecturas de sus excelentes escritos, nuestras conversaciones, sus presentaciones y conferencias en las que no leía texto alguno y cautivaba al público con su sabia palabra y su potente voz. Fue emotivo y hermoso estar allí.
Previo al acto, rico en poesía y música, tuvo lugar el descubrimiento de una placa con su nombre en la casa bargueña donde José vivió , con presencia y palabra del consejero de Cultura Ángel Felpeto, del alcalde de Bargas, Gustavo Figueroa Cid y de las hijas del escritor, Carmen y Teresa. Tuve la ocasión de encontrarme y reencontrarme con familiares, gente conocida y querida, autoridades y artistas, y la ocasión de conocer personalmente a Teresa, la esposa de José, también a su cuñada. Dediqué este soneto, «El contagio de Sancho», al gran amigo cervantista . Se lo dediqué entonces, se lo dedico ahora y se lo dedico siempre:
Me habéis hecho un regalo de visiones,
os comunico, Don Alonso, amigo.
Vuestra aventura se encontró conmigo
y se hicieron verdad las ilusiones:
Las mías y las vuestras, emociones
que dan brío al amor, y aquí, en el trigo,
dan alas a mis pies, mientras yo sigo
viendo en cualquier trigal constelaciones.
Yo brindo, Don Quijote, con razones/ de gratitud por vuestra frente ancha,/fecunda de poesía y de canciones:/¡Que viva el corazón cuando se ensancha/con el viento de cósmicas pasiones/y desborda las lindes de La Mancha!
Noticias relacionadas