ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Instantes de Nueva York (10): Arrivederci Brooklyn

«Los barberos han sido testigos del cambio en Park Slope mientras ellos también iban cambiando y envejeciendo»

La barbería Park Slope, en Brooklyn (NY) HB

POR HILARIO BARRERO

Fue en la primera barbería que me ofrecieron «un trago ». Era grande, con tres sillones de cuero, olor a colonia a granel, a humo denso, la radio puesta, periódicos locales y revistas atrasadas esparcidas en una mesita de caoba vieja y deteriorada. Había sido fundada en 1903, que para los estándares de USA es una hazaña, casi como decir «fundada en el Paleolítico». Una bandera italiana junto a una americana me confirmó mi sospecha del parecido. Los dueños eran cuatro hermanos , Carmelo, Vito, Ángelo y John Fiumefreddo. Los cuatro bajitos, delgados, con bigotes, narices generosas, parlanchines.

Su padre, al venir de Italia, abrió el negocio que los hijos continuaron. Era la barbería más antigua del Brooklyn y era también un lugar de reunión de algunos vecinos que sin necesidad de un corte de pelo se pasaban a charlar. El escaparate era una atracción en el barrio. Por Navidad ponían un belén, por Pascua una ciudad diminuta con una noria que giraba, la torre de la iglesia que se iluminada y calles con los famosos brownstones de Brooklyn y en la fachada colgaban ristras de luces como si la barbería fuera una verbena.

Hoy hemos pasado y la hemos visto cerrada . Un letrero decía: «The time has finally come to hang up the scissors and combs. The Fiumefreddo family would like to thank you all for your years of loyalty to Park Slope Barber Shop. God bless you all and thank you very much! Sincerely, Carmelo, Ángelo, Vito & John Fiumefreddo». ( Ha llegado el momento de colgar las tijeras y los peines . La familia Fiumefreddo quiere agradecer a todos su lealtad a la barbería Park Slope. ¡Dios los bendiga a todos y muchas gracias! Sinceramente…»)

Los barberos han sido testigos del cambio en Park Slope: de ser un vecindario de clase trabajadora a ser uno de los barrios más lujosos de Brooklyn . Ellos también iban cambiando y envejeciendo. Ángelo murió hace dos años, a los 79, los otros dos se retiraron y se fueron a Florida y John, que tiene 74 y ha trabajado cincuenta años en el negocio, ha decidido cerrarlo. Sin sus hermanos se sentía solo. Pero hay una posibilidad de que un sobrino vuelva a abrir el negocio.

Recuerdo que les dije que no, que no me apetecía nada de beber. Y no volví más.

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