ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Diario de un jubilado en Nueva York (68): Cuando el amor es un tiburón peligroso
«Y aunque sobre su superficie creció la grama del olvido, por dentro fluía un mundo de oscura claridad»
La vida de HB se parece a los ojos del Guadiana: empezó navegando en el colegio en revistas que se hacían a ciclostil, fue creciendo y publicó, por primera vez, en «Poesía española», la revista que dirigía García Nieto, «el bien peinao». En 1968 quedó finalista del Adonais, el de entonces, que le hizo creerse poeta y durante unos años escribió en «El alcázar», el de la laureada. Todo iba bien: en su ciudad era cabeza de león, pero un 7 de julio de 1971 se encontró con un tramo de agua movediza, se filtró en ella y desapareció.
Y aunque sobre su superficie creció la grama del olvido, por dentro fluía un mundo de oscura claridad, donde el amor era un tiburón peligroso que acechaba cada noche.
HB, o el río escondido, seguía fluyendo y escribiendo, a veces más humo que agua, más ausencia que presencia, cada vez más lejos de encontrar la salida.
La tierra se volvió maleable y el Guadiana surgió a la superficie. Ganó un premio y publicaron «In tempore belli» y como alguien dijo: «vuelve a reconciliarse con los lectores españoles». Poco a poco fue saliendo a la superficie, más arroyo que río, no puentes o barquero para cruzarlo.
Ahora que el tiempo canaliza su vida y la vejez enturbia su corriente con el agua estancada de la nostalgia, ahora que la noche le seca su en otro tiempo generoso caudal, ahora que siente cercano el ruido del mar y el perfume de la gran corriente, comienza a entender aquello, que de niño, le parecía algo lejano y poético: que su vida ha sido un río que va a dar a la mar.
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