ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA

Diario de un jubilado en Nueva York (54): La voz a ti de vida

«La voz que me despierta, de Beatriz Villacañas, el arrebato místico rozando la falta de fe y el amor»

POR HILARIO BARRERO

El sonido, la música, el eco, la onda, la señal de La voz que me despierta , de Beatriz Villacañas, es la voz de la Poesía que nutre e inspira a los poetas. Es «esa voz que a veces nos despierta a horas intempestivas y nos obliga a escribir…». Es un libro con muchas voces, un libro polifónico, una cantata y un motete , un aria y un miserere y, sobre todo, una voz mística, éxtasis de la palabra en vuelo, maitines de la inspiración, laudes del amor, vísperas de la noche… Es un libro también que tiene la voz, soterrada, manantial que no cesa, amor de hija y homenaje al padre.

… Bien sabes tú que soy yo

quien despertó a Villacañas,

y le despertaba tanto,

que a veces, a bofetadas,

intentaba liberarse

de la voz que le llamaba…

Entrar en el recinto de esa voz es entrar en un universo en el que habitan Jorge Manrique cerca de Garcilaso y Lord Byron, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, Dios y el demonio, Toledo, Madrid y Nueva York, el arrebato místico rozando la falta de fe y el amor .

La voz que me despierta es un muestrario de poesía «que quema», de poesía «de la de antes», clásica, honda, clara, metafísica en ocasiones, siempre rebosante de corazón, de sentido común y, aunque haya sido escrita a altas horas de la noche, es una poesía luminosa, con esa lucidez que da la vida , el tiempo y la experiencia.

Desde el punto de vista formal el libro es una preceptiva literaria en donde aparecen sonetos de hermosa hechura y edificación clásica, haikus, liras, (de casta le viene al galgo), un poema en prosa poética, poemas con dos cuartetos que parece que esperan que lleguen los dos tercetos y una canción que la hubiera podido firmar uno de nuestros místicos y que a nosotros nos parece un poema clave en el argumento del libro y en la vida espiritual de la poeta.

Me muero por tener fe

y me esquiva tanta y tanto,

que me hace herida en el canto

cuando pregunto por qué.

El porqué de tantas cosas,

el sentido del dolor,

el aroma de las rosas,

el misterio del amor…

Me muero por tener fe

y me esquiva tanta y tanto,

que me hace herida en el canto

cuando pregunto por qué.

La voz que me despiert a, ruiseñor de la poesía, espada y cuchilla, alondra de belleza, fuego y hielo, silencio y canto, es un don que nos acompaña y se queda en nuestra mente y en nuestro corazón.

Diario de un jubilado en Nueva York (54): La voz a ti de vida

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