Hilario Barrero - ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Diario de un jubilado en Nueva York (30): Imagen movida
«Ha pasado la vida, sí. Y nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos»
Pronto va a hacer cuarenta años que cada abril hemos visto florecer estas forsitias que crecen cerca de casa . A algunos amigos, con los que habíamos pasado llenos de vida y con prisa, se los llevó la Peste; en donde había un terreno baldío levantaron un edificio de cristales del arquitecto Richard Meier ; los niños de aquella época tienen hijos con la misma edad que ellos tenían entonces; han derribado torres, han caído árboles y la nieve borró raíces y asustó paraguas ; perros que abrían caminos y miraban con ojos luminosos son abono para el olvido, sucumbieron políticos, a las ancianas que iban al parque en tardes como estas no las recuerda nadie y un joven hacía la misma fotografía a otro joven: estaban los dos encendidos con la hoguera de la mocedad en la mirada y la hoguera del amor en la sangre.
Ha pasado la vida, sí . Y nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Pero cada año al llegar abril, las forsitias disparan sus ramas como relámpagos enamorados de una luz nueva y joven, flechas piedra que se clavaban en el pecho desnudo del deseo, descargas místicas c omo si Dios resucitara ascendiendo al infierno envuelto en música de Bach . Hoy, como han hecho durante casi cuarenta años, dos viejos han ido al parque donde la vida crecía ardiendo y en la hierba han leído el antiguo esplendor que ellos escribieron . Por primera vez no se han hecho fotos uno al otro. Les tiritaban las manos de recuerdos, la mirada les temblaba y la imagen hubiera salido movida. Mejor dejar que el pasado les engañe al llegar a casa.
Noticias relacionadas