ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
Anaís Toboso: «Mi sueño sería que la gente tuviera una necesidad real de leer»
La directora de Chamán Ediciones habla del coste de la pandemia en el sector editorial
Estado de alarma, confinamiento, se cierran librerías y bibliotecas, y en abril no se celebran los actos del Día del Libro. L a cultura está en cuarentena pero en sus casas la gente lee más, quizá como forma de soportar los días de encierro o viajar lejos con la imaginación. «El tiempo, decía Ovidio, es el destructor de las cosas; con la lectura nos burlamos de él y acariciamos la eternidad», dice el escritor Juan José Morcillo en ‘Diario de un confinado y otras estampas ’.
Este libro, junto a otros cuatro más - ‘La luz de lo perdido’, de Javier Lostalé, ‘El imposible lenguaje de la noche’, de Joaquín Fabrellas, ‘Yo escribo la noche’, de Pilar Blanco Díaz, y ‘De lo terrible’, de Ana Martínez Castillo-han sido publicados por la editorial Chamán Ediciones desde que comenzó la pandemia del coronavirus. Cinco libros que deberían haber sido quince, pero que el bloqueo social y comercial derivado del estado de alarma impidió ver la luz. La directora de la editorial albaceteña, Anaís Toboso, cuenta a ABC cómo ha vivido su empresa este último año tan difícil.
-¿Cómo afrontaron los meses siguientes?
-Nos vimos bastante afectados porque son los meses más fuertes de la campaña del libro. Conforme se iba alargando la situación vimos que era un varapalo y las noticias que llegaban no eran nada esperanzadoras. Para un libro, el comienzo, cuando el autor lo presenta, es lo más importante, es cuando realmente tiene movimiento. Cuando todo va tan rápido, cuando las novedades duran apenas unas semanas en las estanterías de las librerías, es cuando el libro se tiene que mover.
-A pesar de ello, han sacado varias obras al mercado .
-Tuvimos que ir aplazando publicaciones de libros y, de hecho, aún estamos coleando de aquellos meses. Los libros que hemos ido publicando desde entonces ya no se han podido presentar, y los que sí se ha podido ha sido con límite de público. Por ejemplo, si publicamos a un autor albaceteño como Ana Martínez, es raro es que no vayan a la presentación 20 personas como mínimo. Pero tener un límite de público te limita mucho las ventas. Lo que tenía que haber salido en primavera tuvimos que aplazarlo, y luego llegó el verano, que no es buena época, lo que nos obligó a publicar lo de primavera en otoño. Llevamos un retraso considerable en nuestras publicaciones; nos podemos mantener pero no sabemos hacia dónde derivarán los tiempos.
-¿Hay nuevos proyectos?
-Ahora vamos a sacar otros tres títulos: ‘Otoñal y barojiana’, de Miguel Sánchez Ostiz, ‘Antología de la Beatnik Generation’, de Marcos-Ricardo Barnatán, y ‘Revolucionario’, de Clementina Black, pero claro, siempre con mucho miedo, con precaución, al no poder presentarlos, no poder moverlos. Están las presentaciones online pero el gusto del lector es hablar con el escritor, poderlo conocer, que le dedique el libro, echar una charleta...
-Su negocio se ha reducido a la tercera parte. ¿Han contado con ayudas oficiales?
-La Junta de Comunidades ofreció unas ayudas para los autónomos (cuando pasó esto mi forma jurídica era de autónoma), pero era una ayuda bastante insignificante; luego propiciaron que no se pagara la cuota de autónomos en los meses más duros de la pandemia, y más tarde fueron poniendo una serie de porcentajes. Y lo he visto muy bien porqie si no hay movimiento económico, el autónomo no puede pagar su cuota, en cualquier sector. Luego tuvimos que cambiar la forma jurídica de la empresa y hay alguna ayuda, pero entre unas cosas y otras no accedes a ellas porque ya son sectores muy concretos como la hostelería o el turismo, los grandes damnificados de esta pandemia.
-Al menos el libro se ha mantenido a flote, la gente ha leído más.
-Se mantiene el libro porque la gente ha seguido leyendo en estos meses en que hemos tenido más tiempo libre, pero nuestro gran plato fuerte son las presentaciones y no ha podido ser. Y eso se nota.
-¿Qué perspectivas hay con las restricciones ‘anticovid’ actuales?
-Perspectivas pocas, lo que pueda ir surgiendo en el ámbito local; el autor de Alicante que pueda hacer alguna cosilla en su ciudad, el de Madrid que pueda moverlo allí, pero claro, sin pensar en desplazamientos. A nosotros nos gustaba siempre ir a todas las presentaciones para mostrar nuestro apoyo al autor, estar ahí físicamente con ellos, pero con las restricciones de movilidad y los cierres perimetrales es imposible
-Chamán nació hace cinco años y ya tiene un sello de calidad en la edición.
-Muchas gracias. Desde finales del 2015 estamos luchando por mantener el proyecto y no queremos que venga una pandemia mundial y nos eche por tierra nuestros sueños e ilusiones. Vamos buscando eso, tener una seña de identidad y que el lector quiera tener el libro, que además de leerlo sea un objeto precioso que conservar en casa.
-Y hablando de pandemias, ‘Diario de un confinado’, de Juan José Morcillo, la refleja bien en primera persona.
-Sí, vive aquí en Albacete, y es un libro que recoge los artículos que ha ido publicando en la prensa local durante este tiempo. Viene acompañado de ilustraciones de José María Nieto, del diario ABC. Desde el principio hemos querido acoger los temas de actualidad, y qué más actual que la pandemia.
-¿Tenéis en cuenta que los autores sean de Castilla-La Mancha?
-Es algo que nos gusta, sí. Tenemos autores internacionales, desde Sudamérica a Dinamarca, y queremos incluir a autores de la región en nuestro catálogo al ser esta una editorial de Albacete. Nos gusta darle salida a nuestros autores más locales ya que tenemos distribucion nacional.
El daño de las redes
-¿Cuál es su sueño ahora, qué situación sería la ideal para Chamán?
-Que vuelvan las presentaciones de libros, que espero que no sea solamente un sueño sino una realidad. Aunque a mí lo que más ilusión me haría sería encontrarme una noticia que dijera que el porcentaje de lectores en el mundo, en España, en Castilla-La Mancha ha crecido un 90%, no solamente para mí como editorial para tener más ventas, sino porque me gustaría que la gente leyera más, que tuviera una actitud crítica, que no nos quedáramos solo en el libro de turno, de moda, sino que realmente hubiera una necesidad por parte de la población de leer. Yo me dedico a la docencia y me sorprende que los jóvenes cada vez leen menos, no tienen inquietud por la lectura.
-¿Cómo se pude luchar contra el daño que hacen las redes sociales?
-Los jóvenes le dedican todo su tiempo libre y no libre a las redes sociales. Cualquier psicólogo, orientador, profesor, padre o madre te diría que con la educación, pero es muy complicado porque las redes están ahí, y ellos se acuestan con su teléfono móvil. Pero es que a los mayores nos pasa lo mismo, siempre está ahí, a nuesto alrededor, aunque sea para ver la hora. La educación sería la base, pero la educación de mayores y pequeños.
«...Protegidos de las garras de este mundo violento, cruel y engañoso, niños que descubran, por ejemplo, la belleza de unas palabras pescadas en las profundas aguas de papel de un buen libro». (José Juan Morcillo).
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