El vagabundo sin familia que descansa en el cementerio de Mora tras fallecer trágicamente
Miguel Ángel García Bilbao, que murió atropellado el 19 octubre, fue enterrado en un nicho el 4 de noviembre después de que nadie haya reclamado su cadáver
Los restos de Miguel Ángel García Bilbao descansan en un nicho del cementerio municipal de Mora (Toledo) desde el 4 de noviembre. Ningún familiar ha reclamado el cadáver de este bilbaíno de 58 años desde que falleció atropellado por un vehículo, el 19 de octubre, cuando caminaba por la CM-42 (autovía de los Viñedos).
El suceso ocurrió sobre las nueve y media de la noche en el kilómetro 23. Desde allí un vehículo funerario trasladó el cuerpo de este vagabundo hasta las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Toledo, donde confirmaron que había muerto por el golpe del automóvil.
Después de la autopsia, el cadáver permaneció dentro de una cámara frigorífica a la espera de que algún familiar se hiciera cargo de él. Pero el plazo legal expiró sin éxito y se iniciaron los trámites para el entierro de este hombre de vida errante, que había ido de albergue en albergue por sus propios medios.
El juzgado de instrucción de Orgaz que abrió las diligencias por el accidente ordenó la inhumación de Miguel Ángel en el cementerio de Mora, ya que su muerte se produjo en este término municipal. Los empleados de una funeraria y los enterrados del camposanto moracho fueron los únicos que lo acompañaron en este viaje.
Como sucede en los pueblos, en Mora también la gente prefiere que le den sepultura en la tierra, por lo que en su cementerio solo hay un bloque de nichos. En uno de ellos fue depositado el cadáver de Miguel Ángel, que permanecerá durante los próximos 15 años. Cuando se cumpla este plazo, sus restos irán a un osario si no se renueva la concesión para que los huesos de este hombre sigan en un nicho.
El Ayuntamiento ha pagado los 1.500 euros que ha costado todos los trámites para enterrar a Miguel Ángel, como así establece la ley que regula los servicios funerarios en España. La última vez que el consistorio realizó este «gasto social» fue en 2014, año en que falleció un vecino de Mora sin familia.
El caso de Miguel Ángel no es el único en la provincia de Toledo en las últimas semanas. En una cámara frigorífica de los túmulos de un hospital de Toledo, el cadáver de un hombre asiático indocumentado, también vagabundo, aguarda la llegada de algún familiar que lo reclame.
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