Toledo
«He visto llorar a algún compañero, era una situación muy dura para todos»
Manuel del Arco Gómez es carnicero y regenta el puesto número 7 del Mercado municipal de Toledo
![Manolo regenta su carnicería desde hace 42 años en el mercado municipal de Toledo](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/05/08/manolito-kfqD--1248x698@abc.jpg)
Confiesa Manuel del Arco Gómez que el día que nació, un 11 de noviembre de 1962, caía una gran nevada sobre Toledo. Así, que Manolo —como es conocido popularmente en el mercado y entre su clientela— pegó sus primeros llantos en una casa de la calle Coliseo del barrio antiguo, que posteriormente compró a sus padres el cantante y actor, Patxi Andón, su amigo, que falleció en un accidente de tráfico.
Hombre nervioso, locuaz, siempre tiene una palabra amable y de cercanía para esos clientes fieles que se acercan hasta su puesto —número 7— que le asignaron a su padre, Redento Manuel, un tratante de ganado en el año 1950 del siglo pasado. Manolo aprovecha para volver a hablar de Patxi Andión, quien pasaba a saludarle cuando estaba en Toledo, junto a su esposa, Gloria. «Le he dado el pésame y ella me lo ha agradecido. Es que eran muy buenos amigos míos», presume.
Manolo cuenta que recibió la carnicería cuando apenas tenía 15 años. Y ahí sigue. Es uno de los veteranos del mercado, junto a su amigo, el salchichero Manuel. Lleva más de 42 años abriendo todos los días, incluido durante este periodo de confinamiento provocado por el Covid-19 .
A estas alturas de la conversación telefónica es difícil seguir la historia personal de Manolo. Recuerda que estudió en el colegio Mayol —donde estuvo internado el hijo de la Pantoja, Paquirrín (matiza)—, y donde se sacó el graduado escolar. Luego claudicó. Eso no era suyo, sentencia.
Reconoce que esta situación de la pandemia la ha vivido con angustia. «Estábamos como deprimidos. He visto llorar a algún compañero durante este tiempo. Es que nunca habíamos pasado una situación como ésta y no entendíamos nada», dice para puntualizar que «ahora estamos más tranquilos y parece que la cosa marcha bien».
Además, insiste en que es un hombre sensible y le preocupa la situación de pobreza que está viendo en estos días. No le importa echar una mano a quién lo necesita, al igual que sus compañeros de mercado con los que se lleva de maravilla. «Esta pandemia nos ha hecho más solidarios . Ahora nos ayudamos unos a otros», indica.
Manolo, que llega a las 7:30 de la mañana a su local, confiesa que el Covid ha trastocado sus planes. Quería casarse con su novia Hilda, que llegó de Paraguay y con la que comparte su vida en un chalet que tienen en Cobisa. «Si no nos casamos este año, será para 2021», concluye para pedir a la gente que no pierda el optimismo. Que entre todos saldremos adelante. Razón no le falta.
Noticias relacionadas