Antonio Illán Illán - Crítica
Un Peer Gynt con mucha fantasía
«¿Hay que hacer tanto esfuerzo y tanta inversión en un teatro del que el público en general sale haciendo comentarios raros?
Título : Peer Gynt. Autor: Henrik Ibsen. Compañía: Tejido Abierto Teatro. Dirección y dramaturgia: Jorge Eines. Intérpretes : Juan Díaz, Carmen Vals, Daniel Méndez, Beatriz Melgares, Carlos Enri, Daniel Querol, Agustín López y Belén Lázaro. Escenografía: Richard Cenier. Vestuario: Kristina G. Iluminación: Joel Machbrit. Escenario: Teatro de Rojas.
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«Acaso les agradará saber que Peer Gynt existió realmente, su nombre sigue siendo muy conocido para los que habitan las mejores fantasías de la escena. De sus hazañas no se sabe casi nada pero todo es posible de ser inventado si de Peer Gynt se trata». De tal manera se expresaba Henrik Ibsen a mediados 1867 en una misiva a su editor.
![Un Peer Gynt con mucha fantasía](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2017/05/20/pedter-gin-ku4C--250x140@abc.jpg)
Si a ese «todo es posible ser inventado» añadimos la ya de por sí complicadísma trama que traza el dramaturgo noruego sobre lo que se cuenta en una leyenda popular con sus mundos de duendes, sus tragedias, sus submundos, el vagabundeo por los bosques, la pérdida de los atributos de hombre a los que renuncia Peer Gynnt , las fugas, la vuelta a la madre, la galopada con ella moribunda hasta las puertas del Paraíso o situando a Peer Gynt en África como comerciante de esclavos y enriquecido, podemos pensar que no pasa nada si no entendemos nada de lo que pasa sobre las tablas.
Si a todo este mundo imaginativo de Ibsen , añadimos que el no menos imaginativo de Jorge Eines sube a las tablas el «cumpleaños feliz» que le cantó Marylin Monroe a Kennedy , que la representación se inicie con una evocación de «Bodas de sangre» de Lorca y de otras obras de teatro universales, entre las que recuerdo «Ricardo III» de Shakespeare, y un sinfín de cosas más, en las que uno no atina a saber (¡mira que debo de ser inculto y provinciano!) si estamos ante monstruos, gnomos, héroes o villanos, pues es normal que se nos vaya el santo al cielo y no decimos ¡que acabe esto, por Dios!, porque en la dramaturgia se ha incluido la música homónima de Grieg (que es más famosa y de más éxito y comprensión que la teatral de Ibsen ) y porque los actores hacen un muy buen trabajo, la iluminación era muy estudiada y los figurines tenían un diseño muy aparente para mostrar al mundo la imaginación desborda.
Es cierto que Tejido Abierto Teatro , como afirman en el programa, convierten la fantasía del noruego en la deslumbrante realidad de la escena. Y también, afirman en el programa, con mucho acierto, que «los espectadores hacen su propio viaje atrapados en la humanidad de un personaje que los envuelve y los revuelve». Pues claro que hacen su propio viaje los espectadores, no les queda otra. Algunos incluso iniciaron el viaje hacia la puerta antes de que el tiempo escénico concluyese. Por algo será.
Ciertamente «Peer Gynt» no es la obra maestra de Ibsen. Ha sido una obra juzgada de forma muy encontrada desde el mismo momento en el que se conoció. Bjorson, muy entusiasta, dijo que solo un noruego puede comprender toda la belleza de esta obra. (Creo que en el teatro de Rojas no había ni un solo noruego). Por el contrario otro crítico del país báltico, afirmó indignado que no era cuestión de hablar de obra de arte, sino de política periodística de bajo desahogo. Todavía hoy la crítica sigue sin ponerse de acuerdo. Soy de la opinión de aquellos que piensan que la frescura del drama, la belleza de algunas escenas y su sabor singular merecen un cierto reconocimiento, pero no mucho más. Alcanzo a ver un poco la sátira del personaje Peer , al que le falta fermento ético, en el hecho de engañarse a sí mismo y a los demás, cuando encarna al hombre duende, que evidentemente representa los ideales contrarios a los de Ibsen. Seguir hablando sobre la obra es hacerlo sobre lo que conozco de ella, no sobre lo que percibí sobre las tablas del Rojas , pues confieso que me perdí y solo me mantuvo atento el poder evocador de la música, ¡un gran acierto!
Que el montaje dramatúrgico de Jorge Eines es muy imaginativo y muy estético, pues sí, lo es; que el grupo de actores hace un trabajo muy trabajoso y con muy buena técnica interpretativa, al menos en el gesto, el texto se perdía con frecuencia, pues también; que las escenas eróticas son llamativas, lo son… Pero dicho esto, me pregunto ¿hay que hacer tanto esfuerzo y tanta inversión en un teatro del que el público en general sale haciendo comentarios raros? Y otra pregunta más; esta para quien sea responsable de la programación del teatro de Roja s y que encarno en el patronato ¿consideran ustedes que este tipo de teatro es el apropiado para ofrecerlo en la campaña escolar y atraer futuros espectadores? No doy las respuestas, creo que son evidentes. Evidentemente lo escrito no es dogma, solo es mi opinión como habitual espectador de teatro.